Eolo era el nombre de mi perro, que murió. Eolo, mi perro, fue viejo y sabio. Se las sabía todas. Todos coinciden en que era muy listo. Negro con mucho pelo, cariñoso, de ojos inquietos y con mucha “personalidad”. Para el gran biólogo Richard Dawkins, las diferencias entre un perro y un humano son mínimas. Ya sé que no tengo cuatro patas, ni largas orejas peludas y generalmente tampoco ladro, aunque a veces no me faltan ganas con algunos personajes. Tenemos una biología muy semejante. Cuando se ponía enfermo, las medicinas eran similares. “Parece una persona”, decían.

Los defensores de los derechos de los animales, como Peter Singer, insisten en que hace falta una “Declaración de los Derechos de los animales”, así como está la Declaración de los Derechos Humanos. Incluso la presentaron en la ONU hace 25 años sin mucho eco. Por otro lado, los defensores de los derechos de los grandes simios, insisten en que hay que incluirlos entre los homínidos y que deben ser sujetos de derechos y deberes.

El Proyecto Gran Simio, defiende la humanidad de los gorilas, chimpancés, orangutanes, gibones y bonobos. Evidentemente, tienen sentimientos, sufren e incluso se deprimen.

Un amigo me ha contado que en un zoo de Brasil conoció a un gorila que estaba siendo tratado por un psiquiatra por depresión tras la muerte de su hembra.

Un cura, que encontró a un viejo sordo y muy enfermo le dice: “¿Sabe usted que tiene un alma?” “¡Y ese alma es inmortal!” – continuó. “¡Mira la puñetera!” respondió el viejo…

Algún Papa no hace demasiados años, dijo que los animales tienen alma. Pero, al parecer, su alma tiene fecha de caducidad y no alcanza la inmortalidad. Si lo dice un Papa, pues santa palabra. Eolo no podría ir al infierno como yo, pobre pecador. Acojonaítos nos quedábamos los críos de 12 años en las clases de Religión con el Jefe de las Profundidades. Yo me quedaba pensando en las llamas eternas… y confesión, confesión, decía mi interior.

Pero vayamos al tema que nos ocupa: ¿en qué me diferencio de mi perro Eolo? Tal vez sea él más fiel a la amistad que yo. Pero ¿tienen amigos los animales? Dicen que es el mejor amigo del hombre… Pero siempre es una amistad interesada. Eolo se arrima al sol que más calienta. Y ahí puede estar una respuesta a mis divagaciones filosóficas…

Amistad y sobre todo el Amor. El Amor es entrega incondicional a otro ser humano y no sólo un sentimiento placentero. A un perro como Eolo se le tiene cariño. Pero el Amor es solo humano. Eolo no es capaz de amar, pero sí fiel (gran incógnita la de la palabra fidelidad al dueño) Amar es algo más que una sensación. Es una actitud profunda y exclusivamente humana por la cual uno es capaz de dar y darse sin esperar nada a cambio. No es verdad aquello del ´gen egoísta´ del que hoy habla Richard Dawkins.

Puede haber, y de hecho lo hay, un amor tan hondo que dos personas, sin dejar de ser cada una lo que es, experimentan que hay una fusión tal, que lleguen a sentir que sus cuerpos tienen límites indefinidos, es decir dónde acaba uno y comienza el otro.

Pero Eolo, al igual que los demás animales, es incapaz de amar. Es una palabra y una experiencia exclusivamente humana.
Aplicarlo a los animales, como hacía Walt Disney en sus películas, es enternecedor pero peligroso.

El amor personal, universal, la solidaridad, el compromiso social integral, la macro-caridad de que habla José Ignacio González Faus, es solamente algo humano. Sólo los humanos somos capaces de ser conscientes de nosotros mismos y sentir algo hondo por los demás. Y sólo nosotros hemos aprendido a vivir en sociedad, en la que todos somos responsables del bienestar, intentando superar barreras de culturas y religiones. Después de morir Eolo, Leda nuestra perrita, y nuestra gatita Ágata, forman parte de la familia, pero no son de nuestra familia. Este concepto sólo lo tenemos los humanos. Le tenemos cariño pero no son sujetos del amor. “Amar” a un animal no es una expresión correcta. Desde mi punto de vista, en lo que nos diferenciamos de los animales, entre otras cosas, es en que los humanos somos capaces de sentir y expresar algo tan profundo como es el amor, aunque a veces, parece que los animales, demuestran ese amor más que los humanos.

Desde estas humildes líneas, mi reconocimiento y felicitación a Arco Natura, por la ejemplar e íntegra labor que realizan en Linares esta gente tan comprometida con los derechos de los animales.