Así, que el trío de ases, esto es, Nemesio, Dolores y Evarista, se presentaron, la otra noche en mi casa a la hora de la ligá, con un “conque” tonto por parte de Nemesio, porque él quería pegar la gorra. Bien empezamos el 2016.

Le pregunté al abuelo, con toda la maldad que me caracteriza… Nemesio, ¿Ha probado Vd. alguna vez el vino éste? Nemesio abrió los ojos descomunalmente cuando leyó la etiqueta y con expresión ladina y sonriendo malévolamente, miró primero a `la Evarista´, después  a su Dolores, y seguidamente a mi esposa y a mí. El nombre del vino era “Follador”.
          
Estas dos santas mujeres, empezaron a santiguarse  diciéndome Evarista: ¡Ay Juan, hijo, me has dejado descolocada con semejante botella, porque tú no eres así de soez!.

Tranquilas, porque  la marca “Follador” es de un vino espumante italiano, elaborado a partir de una variedad de uva llamada Glera, cultivada principalmente en Treviso (región del Véneto).

Follador significa en castellano culto “Operario que afuella en una fragua” Aunque en italiano, aún siendo un apellido, y concretamente el apellido del dueño de estas bodegas, significa adúltero y en castellano vulgar, ni qué decir.

Estas santas mujeres dijeron que esa guarrada no la iban a probar.
Servidor cogió la redoma y cuando Nemesio vio mi intento de retirarla de la mesa, me trincó la mano haciéndome daño y diciendo a voz en grito “¡Yo quiero probá el Folladó, y estas también lo van a probá, porque que ya er nombre es frodisíaco!”.

Miren ustedes, (les aclaré) en Galicia hay un vino llamado “ Señor da Folla Verde” otro llamado “Follas Novas” otro “Malafollá”.

Y en repostería están los “Chochitos ricos. Tetas de novicia. Pelotas de fraile. Dulces orgasmos. Cojones Anticristo. Chochos de Salamanca. Casquetes. Orgasmos a la Crema de Orujo. Pedos de monja”.

“¿Y tienes más marcas del caldo ese?” Me pregunta obsesivamente el viejo. Pues no Nemesio, no. Porque el vino, me lo ha traído en un pack de tres redomas, un  guitarrista italiano que vive en Treviso.

“Güeno, Juancho, pos ábrelo, que probemos el Folladó éste, que ya el nombre ma escitao, porque con tres botellas, yo creo que mi Dolores esta noche se va a poné mu recestiva.
A mí no me hace farta, porque siempre tengo espabilaos al sacristán y los dos monaguillos”… ¡Puerco! Dijo Eva.
“Quien me da lástima es la Evarista, que no hace más que cantá esa copla  beata que ice “…con pureza virginá” Degenerado, repitió Eva.

¿Y si Evarista es feliz así, con su pureza virginal, a Vd. que le importa?
Mire Vd. Nemesio, en la vida, no todo es el ñaca ñaca, hay también otras cosas que… y si no mire a los curas y las monjas, que tienen una vida ascética, virtuosa, alejada del placer carnal…. por vocación y amor a Dios.
Mientras, Evarista y Dolores, asentían con actitud beatífica y venerable a los argumentos que servidor daba al viejete.

“Calla, calla, beato meapilas, que consigues endemoniarme siempre”
¡Ojito con los insultos, Nemesio, que yo soy muy educado con Vd!.

“¡Joder, si es que me quiés vendé una moto trucá, coño. Sabiendo que na deso que ices es verdá!” ¿Cómo que no, Nemesio? La pureza es virtud.
Mientras, yo abría la botella del caldo italiano. Una vez abierta, la trincó, y tuve que rogarle que me echara un poco para probarlo; y me contestó:  “Pero sólo un poco. Te quean otras dos; asín que ésta es pa mis  monaguillos y  mi sacristán” ¡Puerco! Le volvieron a decir.
Me disponía a abrir otra para probarlo todos, cuando estas dos castas mujeres, se negaron a probar tan pecaminoso caldo, conminando a Nemesio a que apartara la botella de su vista. Así que abrí un tintorro para nosotros, que él cató también entre tragos del caldo pecador .

A todo esto, Evarista me dice: Juan, me gustaría comprarte un cuadro de tus Cristos si no sale  muy caro. No se preocupe Evarista, que ya le pintaré uno a Vd. y otro a Dolores, pero se los regalaré, porque a mis amigos no les cobro un peseto“.

“¿Ya estamos con el puñetero beatiferio? Pos yo quiero uno der Camarada Jefe de las Madres Cubas”.
Eso, (le dije) y lo pone en su dormitorio junto su Lenin para rezarle eso de:
`Fidelito de mi vida, eres rojo como yo, por eso te quiero tanto, pa hasé la revolusión´ ¡Venga ya!

“¡Eres un desgraciao y un beato; más decercionao que te piensas que meas agua bendita!”

Bueeeeeno, se lo pintaré, `Kamarrada Nemesiev´.

Le cambió la cara como por arte de magia y pasó de una expresión de cabreo a una sonrisa angelical. Pero a pesar de cómo es, lo quiero, porque en el fondo es un niño.