Hace unas semanas usé este calificativo para describir la política de nuestros gobiernos (central y  andaluz) actuales. A ambas instancias las consideraba belicistas o partidarias de la guerra. La utilización del término venía a cuento de la conformidad de la Sra. Díaz con el Sr. Rajoy en la discreta firma con USA para la ampliación de la base militar de Morón de la Frontera (Sevilla). Al recordar el asunto se entremezcla en mi mente con imágenes muy diversas y que, sin embargo, no dejan de tener relación. A veces me ocurre. De pronto, una sucesión de destellos me traen el orden que no logro en horas de darle vueltas a un asunto. Ahora de belicista, esa palabra rebuscada, he ido pasando por episodios como: OTAN NO-Bases fuera, Azores-Irak-armas de destrucción masiva, ONU-guerra preventiva, genocidio palestino, oscuro conflicto en Ucrania, más víctimas palestinas, niños y adultos que mueren lejos, buscando, o avecindados el primer mundo,.. . No tengo claro como llamar a todo ese terror.

En esa película, afortunadamente intercalada con escenas de paz y convivencia, hay dos constantes: el afán de progreso humano y la tentación de poner dicho progreso al servicio  del terror. Además de guerra o lucha por la supervivencia contra egoismo o control de privilegios, se me ocurren mil explicaciones (reales o inventadas) aducidas a lo largo de la historia para tirarnos los trastos de manera  individual o colectiva. He usado intencionadamente la acepción de terror para sustituir a la palabreja inicial belicismo. Lo hago porque creo que en nuestro presente el terror con su sinónimo el miedo y su derivado el terrorismo son instrumentos determinantes en el control de paises y personas seguidos muy de cerca con la colonización de las mentes que llevan adelante los medios de (in-)comunicación. Veamos algo de ese avance-retroceso.

En la noche de los tiempos, como hoy en la civilizaciones más atrasadas, las tribus o clanes organizaban su supeviviencia protegiendo a los débiles (ancianos y niños) rodeándolos por los indivíduos aptos para la lucha. De la misma manera iban avanzando medios y estrategias de coexistencia (emisarios, bandera blanca,..) que negociaban evitar la guerra, conseguir una tregua, pactar una rendición.  Pese a ello, el progreso se encauzó por la creación de ejércitos más grandes y más tecnificados que disuadieran o sometieran al enemigo. Los avances democráticos encauzaron bastantes enfrentamientos internos, mientras que la política internacional aminoró  los conflictos entre estados. Ello no impidió que se fueran desarrollando situaciones de guerra sucia, en que ignoraban las tentativas y posibilidades de acuerdo citados. Junto a las máquinas de matar (cañones, aviones, submarinos,..), se fueron usando modalidades como: guerra sin bandera (corsarios), guerra colonial (supuesta ayuda a atrasados), guerra ideológica (sometimiento a través del discurso en medios de masas), crímenes de guerra (con denuncia o impunidad según los casos). Las dos grandes guerras mundiales han señalado el camino del pacto de todos los paises. Tras la guerra de 1.914, el Pacto de Versalles en 1.919 crea la Sociedad de Naciones para que no se repitiera una guerra mundial. Lamentablemente, tras la II Guerra Mundial, ha de crearse la actual ONU en 1.945.

Han seguido el Convenio de Ginebra en 1.949, y la Corte Penal Internacional de la Haya  o el Estatuto de Roma de 1.998 para favorecer la paz. Casi a la par,en 1.949, se crean la OTAN (alianza militar de paises “occidentales”) y, en 1.955, el Pacto de Varsovia (URSS y otros paises comunistas). Estos bloques mantendrán la paz llamada guerra fría hasta la caída de la URSS. La ONU,el Tribunal de la Haya y la OTAN siguen existiendo contentando a las potencias hegemònicas,  en especial USA, que incumple las sentancias del Tribunal y protege en la ONU a Israel en el genocidio palestino.

            Recordando que la OTAN empezó interviniendo en la terrible guerra que destruyó Yugoslavia y ha seguido deponiendo un gobierno en Ucrania, no vamos a seguir hablando de bases americanas en España o en Cuba (Guantánamo) desde la que se pisotean los derechos humanos o se pertrechan aviones no tripulados (drones) que abatan al objetivo enemigo que se fije, civil o militar.

Por aquí miremos el terror (-ismo) o miedo que nos controla y nos hace tomar por enemigo a nuestro igual, en cuanto competidor para un salario de esclavo. En esa huída insensata, hemos cedido nuestra racionalidad frente a este capitalismo predador, injusto, militarista e insostenible. Tal vez, levantar la cabeza para  mirar la historia nos haga ver esta guerra tan cruel o más que siempre.