Y hasta quizá por eso,  llegada esta fecha lo que voy a hacer es teorizar, no me siento con autoridad para otra cosa, así que las discrepancias, las aclaraciones o experiencias ajenas serán bienvenidas. Es curioso cómo, con el paso del tiempo, se va entendiendo que se sabe muy poco de todo como para dar lecciones, pero hay que hacerlo porque  llega San Valentín y hay que hablar de amor, generalmente reducido a la relación de dos, porque tres ya son multitud. Felicidades de antemano a quienes en este momento crean que lo tienen atrapado sin tener que hacer mucho por conservarlo, a quienes crean que con sentir “palomitas” en el estómago ya lo tienen todo hecho, a quienes lo perdieron o no lo encontraron y a quienes no lo reconocieron y se fue el tren..

Yo escribí hace tiempo, pero bastante tiempo, un poema que ganó un premio radiofónico, que me parece lo mejor que puedo compartir hoy, y que decía así:

¿Para quién es el amor, di?
¿Para el que vive miradas?
¿Para el que inventa palabras
y  enrojece deseando unas manos enlazadas?
Amor tierno que suspira… La vida avanza.
Para el que sufre silencios
y, solo, escapa al olvido de la ausencia de caricias,
del deseo que no calman?
Amor hueco que se duele. La vida calla.
¿Para el que vive momentos, conscientes, de plenitud,
Y vibra con la existencia que inventa cada mañana?
Amor pleno que no teme a la languidez que pasa.
¿Para el que añora un pasado que se fue,
que ya no exalta,
y que mantiene encendida, conservada, su fragancia?
Amor sereno que fuiste… ¡Mantén viva la esperanza!
Para quien es el amor, di?
Para el que canta.

En fin, todos cuantos vivimos amamos o quisimos en algún, o todo, momento, nadie se va de esta vida, afortunadamente, sin conocer los diferentes estadíos del amor, desde la atracción, pasando por el enamoramiento, para llegar, si se llega, al  amor decidido y comprometido. Los dos primeros no los podemos evitar, hay que vivirlos aunque nos maten a nivel hormonal, pero el último ya sí, el último es lo impalpable que queda después de haberse conocido y aceptado, aunque cuidado porque hay mucha toxina suelta.  Yo le diría a los que lo tienen, que lo cuiden, que lo irradien, porque al final cada cual termina amándose a sí mismo y resulta ser todo un placer compartirse mutuamente.  Ese es el regalo que se gana aunque haya mucha prisa por quemarlo.

Así que felicidades y que los regalos, los detalles, los te quiero o los te amo, os inunden no sólo este día, sino todos los días. Siempre, aunque eso ya a lo mejor es mucho decir.