Como cristiano católico, me dirijo a usted,  para hacerle partícipe de una forma pública, sobre  lo acaecido en la Residencia de Ancianos de Nuestra Señora de las Mercedes de Linares, regida por  mujeres de la Asociación “Unión Lumen Dei” que Vd. trajo a Linares.

A finales de junio pasado, como bien sabe, fueron despedidos por  las personas que rigen la citada Residencia, seis trabajadores (cuatro mujeres y dos hombres) sin previo aviso. Concurren en ellos, la circunstancia de ser estos trabajadores/as, de los más antiguos de la plantilla.

Se da la paradoja, de que mientras cae el nº de ingresos de ancianos, aumenta el nº de nuevos contratos laborales en los últimos meses. El motivo del despido de estas seis personas, según la dirección, es que los despedidos, lo son, porque salen más caros que los nuevos  y sin duda alguna, tienen que haber  sido autorizados por el Patronato del que Vd. es el máximo responsable. Y pública también, la negativa del mismo a reunirse con los trabajadores despedidos.

Es obvio y notorio, que esta Asociación de Lumen Dei, debería  por su compromiso con el mensaje de Jesús,  haber sido la primera en respetar el derecho de los trabajadores/as.

 No encaja en mi lógica, que si son una Entidad, dispuesta a ejercer la Caridad para con nuestros mayores, ejerzan al mismo tiempo, una violencia moral hacia esas personas despedidas, porque es radicalmente incompatible una labor caritativa asistencial, con la vulneración y la conculcación de los derechos laborales de estos trabajadores/as. No voy a hacer una condena de la actitud de estas mujeres de Lumen Dei, porque su actitud propiamente las descalifica.

Resulta cuando menos curioso, como me expresan los despedidos y su representante sindical, que en marzo de 2012, en el haber del Patronato, había una cantidad de 545.527,65 Euros, dinero que dejaron las Hnas. Mercedarias en tal cuenta, para la Asociación de Lumen Dei (como figura en la carta de despido a los trabajadores/as) amen de cobrar a cada anciano mensualmente, entre 800 y 1500 euros en concepto de atención y asistencia personal. Así mismo se quedan con la mitad de cada paga extraordinaria.

Los trabajadores aseguran que estas mujeres, esta Asociación, tiene muchísima ayuda del Banco de Alimentos y que este verano han contratado a personal nuevo. También hay familias de la Asociación Lumen Dei, viviendo en la residencia, incluidos niños, gran parte de ellos sudamericanos.

Igualmente, dicen los trabajadores despedidos, que hay personas desarrollando un trabajo para el cual no tienen titulación, según exige la Ley.

El representante sindical de los trabajadores, sigue en baja laboral por depresión, debido a las presiones y acoso ejercidos por algunos trabajadores  apoyados por esta Asociación Cristiana.

Señor Obispo, es de conocimiento público, que le han solicitado a usted, una reunión estas personas despedidas  y usted  ha dado la callada por respuesta, que es lo mismo que negarse a la citada reunión, sabiendo que ha venido al Asilo varias veces para reunirse con esta Asociación de Lumen Dei.

Como ciudadano y cristiano, comprometido con la Doctrina Social de la Iglesia, ante el sufrimiento de estas personas, padres y madres de familia, no acierto a comprender su actitud, no sólo como representante de esta Institución, sino como Obispo y pastor nuestro, actitud la suya, que a mí, personalmente, con el Evangelio en la mano, me escandaliza.

¿Qué diría nuestro Papa Francisco ante la conculcación de los derechos de estos trabajadores/as, máxime viniendo de una supuesta Asociación Cristiana como parece ser Lumen Dei y de su displicencia como Obispo ante tamaña injusticia que está en su mano resolver?

Le pido por tanto, le ruego en nombre de ese Dios, de quien usted  es Pastor, que acceda a escucharlos, pues Vd. tiene una grave responsabilidad moral, en hacer llevar a buen puerto este problema.

Esta Carta será enviada a la Conferencia Episcopal Española y por los cauces adecuados al Vaticano.

Suyo en Cristo.