El Ministerio de Defensa deja fuera, una vez más, las instalaciones del antiguo polvorín de Vadollano de sus previsiones de subasta anunciadas a través del Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa (Invied). El acuartelamiento, que cerró sus puertas oficialmente en diciembre de 2012 para formar parte de los bienes enajenables del Ejército, no se encuentra dentro de los bienes previstos a subasta para los próximos meses, la segunda enajenación de propiedades puesta en marcha desde que el Ministerio iniciara su Plan de Enajenación. De las cerca de treinta instalaciones cuya salida a subasta se prevé a corto plazo, el polvorín linarense continuará en manos del Estado hasta nuevo aviso, mientras desde el Ayuntamiento de Linares se trabaja para dar una nueva vida a las antiguas instalaciones de Defensa como centro de formación del Ejército, similar al que funciona en el antiguo poblado de La Enira para la Policía Nacional y otros Cuerpos de Seguridad del estado y extranjeros.

El proyecto, para el que ya se han mantenido algunos contactos surge tras detectarse que las instalaciones se han convertido en escenario habitual para la realización de diferentes prácticas del Ejército de Tierra en los últimos meses. Sin embargo, desde la Subdelegación de Gobierno en la provincia reconocen que se trata de una iniciativa «complicada» dada la situación económica actual, pese a valorar «positivamente» el proyecto.

Pese a todo, el Ministerio de Defensa mantiene el antiguo polvorín dentro del Plan de Enajenación, por lo que su salida a subasta queda pendiente para futuros paquetes de bienes enajenables que se plantean desde Invied.

De momento, hasta siete acuartelamientos y antiguos polvorines pasarán a formar parte de la futura subasta realizada por Defensa aunque, con importantes diferencias entre ellas. Así, frente al Acuartelamiento de Alfonso XIII en Sevilla, que cuenta con calificación comercial, o el de Carraclaca de Lorca, para uso residencial; otras instalaciones como el Polvorín de la Sierra de San Cristóbal en Cádiz y de Peña de la Mora de Calatayud ofrecen menos atractivo de cara al posible pujador pues se tratan de fincas rústicas protegidas.

Una calificación que se repite en el caso del acuartelamiento de Vadollano y que, como se ha defendido desde el Ayuntamiento de Linares entre sus argumentos para la reutilización del antiguo polvorín, resta interés de compra al ser inviable realizar cualquier tipo de edificación en la zona más allá de las instalaciones ya existentes.