La noche se echó encima…
Nos ceñimos los dos,
le acaricié su pelo;
le volví a desear,
besé su dulce cuello.
La noche se echó encima…
En mi cuerpo noté
despojadas sus piernas;
su gran sexo y su boca
eran todo humedad.
La noche se echó encima…
Me coloqué en su cuerpo,
destapados. Sentados.
Volvimos a ser uno…
¡¡¡Sonó el despertador!!!
La noche se echó encima…