Así como su señorías, los jueces Calatayud (de menores) Ruz, Castro y algún otro, están metiendo los pollos en el corral a tanto indecente, ahora tenemos una juez, su señoría Mercedes Alaya, que está metiendo en chiqueros a tanto y tanto ganao bravo que tenemos en el cortijo andaluz. Y además, recibe a porta- gayola, como los toreros valientes.

Nada, o casi nada ha variado en la Al-Ándalus que los moritos yihadistas quieren reconquistar. Desde la época del Chache Paco, hasta nuestros días, los señoritingos que han regido y rigen el culo de nuestro suelo patrio (geográficamente hablando) que se llama Andalucía, con diversos pelajes, siguen actuando de igual forma.

Si  los “priseros”atacan  y descalifican a esta juez, es porque su trabajo marcha, cortando los trajes a la medida del “cliente”. No le hace falta repasar las costuras a máquina, pues las puntadas que da a esas costuras, a mano, son lo suficientemente fuertes, con la inestimable ayuda de unos agentes profesionales de la Benemérita, directamente bajo sus órdenes. La instrucción de los casos por lo visto está siendo impecable. Y eso que el entorno de la casta andaluza, no para de meterle palos en las ruedas al carrito que lleva al juzgado. Diligencia tras diligencia está siguiendo la investigación, sin dejar cabos sueltos para que no se escape ni uno; para que ningún chorizo/a pueda huir de la Justicia como ha venido haciendo hasta ahora con los ERES y demás. Los casos de corrupción de las últimas décadas de toda esta caterva de delincuentes dedicados al saqueo de lo público, que se han estado yendo de rositas y sin devolver lo robado, están en capilla y tienen los “domésticos” en la garganta.

El socialismo, representado antaño por Felipe González, Alfonso Guerra  y más recientemente por Chaves, Griñán, Lanzas, Susana Díaz etc., nunca lo ha sido como tal, sino que se ha dedicado a ocupar fincas legalmente, convirtiéndose en señoritos, cuyo coto es el amplio mapa de Andalucía. Vergüenza tendría que darle a Diego Valderas y adláteres que en lugar de ser una auténtica mosca cojonera del Gobierno andaluz, se han convertido en camareros de estos señoritos. Aunque ese oficio llevado decentemente es tan digno como cualquiera…pero ya me entienden. Y es que acostumbrarse a pisar alfombra y sentar los `domésticos´ en sillones de terciopelo, es tremendamente fácil. Mientras, el pueblo callado, loboctomizado, disfrutando de una siesta, la siesta de la indiferencia y la dejadez, tras las migajas que le dan para comer. ¡Madre de Dios si Pablo Iglesias levantase la cabeza! Pero retomemos a su señoría Alaya.

Doña Mercedes Alaya, con una cabeza extraordinariamente bien amueblada, es un ejemplo a seguir,  como modelo de honestidad y decencia. Pero cuando el PSOE y sus grupos mediáticos, inician un linchamiento contra alguien, ahora escenificado contra La juez ALAYA, y el equipo de la Benemérita adscrito a su  juzgado, que son la esperanza del pueblo andaluz, es que están acojonados. Porque hay demasiada “cosa nostra” demasiada “camorra” en este suelo cortijero y por eso, estos indecentes, se agarran hasta la extenuación al aforamiento.

Por eso esta juez debe ser doblemente valorada, porque además de la dificultad que supone traspasar esos infranqueables muros de indecencia, sufre el linchamiento desde los medios prisaicos y con manifestaciones en las puertas del Juzgado, por parte de los estómagos agradecidos que ven como se les acaba el chusco lameculero.

Perdonen estas expresiones, pero es que uno se cabrea y se le viene el alma a los pies, cuando tantos hemos luchado lo indecible y ahora vemos  que todos estos corruptos, que estuvieron bajo las piedras y aparecieron cuando salió el sol de la democracia, como los lagartos, se adueñaron indecentemente de todo el patrimonio de este indolente pueblo, que los sigue votando para el Gobierno andaluz. Hace falta aire fresco en las hediondas estancias sevillanas.

Nuestro total apoyo, el de la honrada ciudadanía, a la juez Alaya.

Queremos otros jueces como Alaya, para investigar del mismo modo que se está haciendo en Andalucía con los ERES, los sindicatos, también en Baleares, Cataluña, Galicia, el caso Urdangarín, las preferentes de Bankia, el sufrido Blesa y todos y cada uno de los casos que salpican al Partido Popular

¡Adelante señoría! No ceje en su empeño de hacer Justicia. Lo mismo que los padres y madres, deben ser un espejo para sus hijos, es usted ahora mismo el espejo en el que deberían mirarse todos los profesionales de la judicatura. La ciudadanía decente se lo agradece.