Ahora resulta que Nemesio se ha sacado de la manga una clasificación de los curas, que es una joya literaria. Y es que este viejo rojeras es un provocador.
Me decía un día: “Mira Parri, yo a los de la “sotana” los tengo clasificaos al más puro stilo Nemesiano y te voy a hacé una clasificación”.
Le hice un gesto de extrañeza como diciendo: desembuche, desembuche. “Yo que me he estudiao las grandes eras de la antigüedá esa y sus animales raros de entonces, como buen aficionao, los tengo así de clasificaos:
“Sotanosaurios: que son aquellos que hasta se acuestan con la sotana, pa distinguirse del resto, porque han hecho la carrera de cura y quieren que se les note”
“Parroquidermos: los que continuamente están pidiendo dineros a los parroquianos o feligreses, y cuando los sufriores, le piden el uso de los salones de la parroquia pa una artividá, se niegan en redondo, diciendo que es la casa de Dios y que eso es pa las
misas y demás rollos. Estos chupan toíto lo que pueden de las almas cándidas. Siempre están llorando por una peseta y luego, cuando lo consiguen, te hacen la pirula. Yo, to esto lo veo, pero mi Dolores, que es una santa, también me ilustra, por eso no soltamos un duro”
“Pulpitorrincos: Éstos son la especie más curiosa, porque te lían una desde los púlpitos, que ahora los llaman Ambones, que no sé lo que quié decir la dichosa palabrita y que te dejan fritito pa un par de horas. Los tíos pesaos se creen que tú los escuchas. Yo he llegao a ver a gente en los bancos del final, con pinganillos en la oreja escuchando la radio, o leyendo el Marca porque el cura, aprovechando la asistencia, estaba dando la castaña de cojones, con er madamiento de no fornicá, que paece ser que es el único pecao que tenemos los tíos.
“ Y por último están los Normaloraptor : O sea, los curas normales, rojos, con un par de pelotas, como deben ser, pero éstos están en vía destinción, porque los obispos carcas, les roban las parroquias, los echan, por considerarlos cosa mala, como hacía el Rouco, con algunos curas de parroquias en Madrid, porque esos tienen un par de güevos”.
“Un día después de la misa, la Evarista me soltó un rollo de las reliquias patateras esas, hablándome de la reliquia del ́Prepucio ́ del Niño Jesús. Y yo no tengo las pelotas suficientes pa llevar la contraria a la Evarista, que me capa sin nestesia. ¡Vaya fichaje que ha hecho mi Dolores y lo que yo estoy sufriendo!”
“Luego, me dice que ella tiene un trozo de muela de Santa Apolonia, que rezándole, quita el dolor de muelas y unos cabellos de San Josemaría, que lo del púlpito, a éste, se le daba de cojones y que ha visto en Italia los pechos de Santa Águeda y en Ávila el corazón de Santa Teresa. Y luego también ha visto la tumba de San Juan bautista cuando era niño y otra tumba del mismo cuando le cortaron el gaznate ”
Sí, Nemesio, todo eso es cierto, que yo he visto algunas reliquias y he de decirle que, Monseñor Escrivá, fue un cura interesante y hoy Santo. Fíjese si fue importante, que cuando mi santa y yo, estuvimos en Roma, sólo había suvenires de Juan Pablo II y de Monseñor Escrivá.
¡Pero Nemesio, qué instruido está usted en la materia siendo ateo! Si está Vd. de guasa, yo que soy creyente, le digo que por rojo, ateo u masón, se va a ir con el de los cuernos y rabo, que ya le dará en la eternidad por el susodicho, por hablar así! Me recuerda a lo de los canalillos veraniegos. ¡Pero además… si no va nunca a Misa! ¿Cómo está usted tan instruido?
“Sí, yo he ido a las misas esas, pa acompañar a mi Dolores, que es mu güena cristiana y porque si no voy, después no me tomo unos tintorros, como lo hago contigo. Lo es por los dos y comulga y tó. Pero me tié aburrío con tanta gernuflesión. Fíjate Parri, los otros días, se hizo una confesión general, porque hacía dos semanas, que no se había confesao”.
Pero Nemesio, si su Dolores es una santa, que solo puede tener el pecado de aguantarlo a Vd.
Me miró con cara de búho tuerto, casi de pavo esnucao, pero siguió diciendo: “Eso digo yo, pero es que pienso, que le va un poco el morbo de enrrodillarse en el ‘kiosko’ y contarle ar cura unos cuantos churreteos, ya que pecaos del ñaca-ñaca, no tiene, porque llevo mucho tiempo sin comerme un jurel”.
“Y encima, me dice, que también con el cura, sa confesao por los dos, y le ha dicho mis pecaos, pa que también me perdone Dios; y después la dao la `Solución ́ esa, pa los dos y que ya se encargará el cura de cogerme por banda”
Nemesio, se dice Absolución.
“Si, es que tú eres mu curto, so curto”
No se preocupe Vd. que si sufre por eso, he de decirle que su sufrimiento es redentor y se irá derechito al cielo.
“¿Tu crees Parri?”.
Seguro Nemesio, seguro. Pero si Vd. no cree en Dios… ¿porqué se acojona con elInfierno?
“Nene, por si acaso”
No se desespere Nemesio, tenga Fe, que la Fe mueve montañas.
“¡Pero lo que yo necesito, es que a mi Dolores se le mueva la sesualidá y la lírbido esa, que me cago en los rayos mellizos!”.
Todo ese fue antes de recomendarle yo, la compra de los gayumbos con güevera.