Hoy quiero en primer lugar, agradecer a Mercedes Rueda y a Jordi Casasempere la oportunidad de publicar los viernes de las próximas semanas, hasta las elecciones europeas.
En cuanto al tema del artículo, el de esta semana lo voy a dedicar a las principales instituciones de la Unión Europea. En general cuando escuchamos hablar de un Parlamento, pensamos en nuestros parlamentos, el de los diputados o las asambleas legislativas autonómicas. Cuando nos hablan de la Comisión, … bueno la verdad es que no sabemos a que puede parecerse. Si es del Consejo … sí eso es como el gobierno, o ¿no?..
Sin embargo las instituciones de la Unión Europea no funcionan igual que las nacionales, en realidad no se crearon para dirigir un país, sino para ponerse de acuerdo seis países en una organización internacional y eso las ha condicionado hasta hoy día.
Vamos a comenzar por los tres poderes de deben estar separados y que son la base de la democracia, el ejecutivo, el legislativo y el judicial. Si pensamos en clave nacional, el ejecutivo lo ejerce el gobierno, el legislativo es responsabilidad del parlamento y el judicial de los jueces. Por su parte, en la Unión Europea, el ejecutivo es responsabilidad del Consejo que está compuesto por los ministros de los Estados Miembros y que, por tanto, no es elegido, al menos en España, por los ciudadanos, es el Presidente del Gobierno el que elige a sus ministros de entre las personas que estima conveniente. Pero también es ejerce el poder legislativo ya que las normas europeas tienen una forma de crearse muy complicada y es el Consejo quién aprueba esas normas. Defiende los intereses particulares de los Estados Miembros.
El papel del Parlamento Europeo durante muchos años ha sido residual, Si bien ha ido evolucionando y en este momento ejerce junto al Consejo el poder legislativo en algunas materias y también decide el destino del presupuesto europeo. Además controla las decisiones del Consejo. Es en el Parlamento donde reside la voz de la ciudadanía de la Unión Europea.
Entonces ¿Qué hace la Comisión Europea? Es la que garantiza que se tienen en cuenta los intereses de todos los Estados y la ciudadanía de la Unión. La Comisión está compuesta por comisarios que funcionan algo así como los ministerios nacionales pero que tienen la obligación de velar por los intereses de la Unión, en este caso de los 28 estados miembros. Resulta difícil de entender por los ciudadanos que un comisario lidere un expediente de sanción o de reintegro de ayudas o subvenciones contra empresas o instituciones de su misma nacionalidad. La clave está en que comprender que en la Unión Europea existe una institución que tiene como objetivo proponer normas que beneficien a todos los miembros de esta organización y que sus responsables deben olvidarse de sus respectivas nacionalidades.
Para concluir, el poder legislativo funciona a tres, propone la Comisión y aprueban normas el Consejo con la participación del Parlamento. El ejecutivo es realizado por el Consejo con el control de la Comisión y el Parlamento Europeo y el Judicial se ejerce por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
La verdad que Isabel hace un verdadero esfuerzo por convencernos de la importancia del Parlamento Europeo. Desgraciadamente la realidad es que la última palabra la tienen los jefes de gobierno. Sin embargo le voy a echar un cable.
El Parlamento Europeo realiza una gran función social, esencial en una sociedad como la nuestra donde chupar del frasco se ha convertido en deporte nacional ya que, como todos los lectores saben, aquí se chupa del frasco a todos los niveles y estratos sociales. El Parlamento Europeo da salida a personajes políticos defenestrados, o incomodos para sus partidos, que de otra forma pasarían a engrosar las nóminas de parques naturales, delegaciones de RTVE, zonas francas, autoridades portuarias y aeroportuarías, o peor aun: consejos de administración de cajas de ahorros con las consecuencias que todos sabemos. Y no es baladí, ya que el esfuerzo económico que dedica el estado a estos residuos políticos es considerable más aun en tiempos de obligados recortes.
Conclusión: el Parlamento Europeo es imprescindible, deberia contar con más diputados, tres o cuatro mil más. Y que, indistintamente de lo que se hurguen la nariz los eurodiputados, las bandadas que den, o las posturitas y caritas que pongan, sea sustentado por Alemania, Finlandia o Tarzán de los monos si se tercia, quien sea menos el sufrido contribuyente español que ya bastante tiene con dar de comer a la mitad de sus conciudadanos. Eurosaludos!!
Isabel, bienvenida toda la información que se pueda hacer entendible con respecto a Europa, yo te lo agradezco. Sin embargo me temo que nuestra opinión, la general digo, no ha llegado a formarse en cuanto a las bondades de nuestra pertenencia a la UE porque lo que faltaba era la crisis para entenderlo menos. En respuesta a algunos defenestradores, nunca mejor que en estos tiempos, geográficamente digo, para pertenecer porque en caso contrario, el aislamiento sería total. Tiene sus ventajas e inconvenientes, como todo club, pero hay gente que no quiere ni club, ni nada de nada. No son ciudadanos del mundo ni de la impepinable globalización.
En cuanto a las elecciones me temo que la campaña se base en enfrentamientos localistas y partidistas, un plebiscito nacional, en vez de hacer pedagogía de Europa. Creo que no tenemos remedio, sin embargo cumple con tu cometido, con tu experta información. No será muy buena la vida pero es peor que no tenerla. Felicidades.