Versos como Azadas

Hay días en los que me levanto y abro el corazón muy despacito, deseando colmarlo de pequeñas cosas que vaya encontrando. Es entonces cuando descubro que lo mío no son las grandes expectativas; diría que ni siquiera son las expectativas. Que aprendí a viajar sin ellas a costa de abusar de la espera de que grandes cosas me sucedieran o de sentir tanto y tan profundo cuando era niña.  

Y en este camino estoy; en el de no esperar nada de nadie ni de la vida; en el de recoger solamente lo que los días y las personas me regalan (que es muchísimo).

Exigir que nos quieran, que nos den su tiempo, que nos entretengan, que nos hagan el trabajo, que nos cocinen… de esto hemos hablado hoy en Versos como azadas hasta terminar llorando o riendo. Es uno de los platos fuertes de nuestra protagonista del mes: El Sol.

Ella es experta en reír, en recordarnos que somos especiales y en obligarnos, casi, a querernos a base de ahuyentar los recuerdos negativos.

Ella, que ilumina la sala siempre con una sonrisa, hoy nos entrega sus pequeños momentos deliciosos. Los que quisiera que no se le escaparan nunca de las uñas…

Bienvenidos, amigos lectores; nosotros los cuerdos de corazón, os abrazamos con nuestras emociones.

YOLANDA SÁENZ DE TEJADA
escritora, creativa y utópica
(directora de emociones de “Versos como Azadas”)

Hoy nos hemos reunido de nuevo para poner las tareas en común, el ambiente es relajado y cordial y las ideas surgen con fluidez. Hay algo en lo que todos estamos de acuerdo: hay que estar atentos a las pequeñas cosas que nos ocurren cada día, porque estas cosas, aparentemente sencillas y sin importancia, están más en relación con el bienestar que los grandes acontecimientos de la vida.

Cada uno va exponiendo estas pequeñas estrategias que, a pesar de las dificultades que tenemos que superar dentro y fuera de  nosotros mismos, nos permiten mantenernos a flote en medio de las turbulencias de la vida.

Escucharlos nos conmueve y nos hace aprender.

Jose Ignacio Aznarte
Psiquiatra y coordinador de la unidad de salud mental de día del Hospital de Linares

Lista de cosas que nos hacen felices
Ver a los quiero, sonreír
Tener las necesidades cubiertas
Comer un arroz en el campo con personas que quiero
Una ducha
No sentir barbaridades

 EL SOL

Vivir sin los pasos medir.
Si quisiera vivir
me conformaría con ver
a mis hijos sonreír.
Si de verdad quisiera vivir,
miraría a los ojos para recibir,
para sentir.
Volvería a montar en moto a las tres de la mañana
por el mero placer, de sentir el viento en mi cara.
Me encantaría montarme los patines de cuatro ruedas,
que me perdió mi madre, con la excusa de que no
me abriera la cabeza.
Llevaba razón, mi libertad se cerró un poco más.
Muerta como estoy,
me volvería loca esquiar,
o saltar en una colchoneta elástica,
aunque perdiera mis rodillas.
De todas formas no las quiero
Si deseara vivir,
tendría un gran caballo negro(siempre negro)
donde perderme en su galopar, con sus grandes tobillos.
Tan lejos en el tiempo,
como volver a ver ese faro y su costa,
de camino al trabajo.
Pero soy realista…. Solo son ansias de libertad.
Si quisiera vivir,
me ofrecería a otros sin interferencias.

Si pudiera vivir, lucharía por estas cosas.
Hoy no os haré creer, qué podría hacer.
Sería crueldad para los míos, al final.
Una falsedad.
Este si quisiera vivir,
es la renuncia ante la verdad inexorable,
de que la vida me puede…

Y no lo puedo revocar.

RETINA

Una tarde en el campo, recoger espárragos, comida y caza
Unas lágrimas de amor compartidas
Un saludo de respuesta a un enemigo
La confianza en un hermano
Escuchar un consejo sincero
Que te ayuden a ser tu mismo
El Rock and Roll
La anarquía cristiana
Cocinar y compartir
Ser generoso con quien lo merece
Devolver el favor recibido
El humor picante y el no picante.
Que no te engañen en la vida
Saber que la vida no tiene principio ni fin
Sentirme perdonado y perdonar
Saber que hay justicia
Esperar mi muerte y encontrarme con mis padres

Saber que solo Dios es bueno

EL ESPARRAGUERO

GOTITAS DE ILUSIÓN

Puede que a veces, si la ocasión lo permite, sea un poco inmadura o infantil, y no me avergüenzo de ello, tan solo creo que saco la niña que llevo dentro.

La vida ya nos pone obstáculos como para añadirnos más nosotros. Hay que disfrutar de los pequeños actos cotidianos que puedan sacarte una gran sonrisa. El que tu mejor amiga te diga cada noche las mismas palabras para que puedas dormir; que las primeras palabras que escuches por la mañana sean “¿Qué va a ser hoy?” para que tú contestes “Un gran día”; jugar con tu hermano como si ambos tuvieseis diez años; que tu padre o tu abuela te hagan cosquillitas; conversar con mis chicas del grupo de lectura; dejar escapar un gritito de alegría cuando ves algo que te gusta; relacionar canciones con situaciones o personas, cantar en la ducha, ver volar a los pájaros, que un bebé te sonría… podría hacer una lista enorme de cosas sencillas de las que disfrutar.

Sé que la vida no nos da las mismas oportunidades a todos pero gran parte de nuestra felicidad no reside en el exterior sino en nuestra actitud, en nuestro interior.

Por ello, cuando aparezcan en tu corazón nubes grises no abras el paraguas de la tristeza, deja que calen en ti las gotitas de ilusión.

SEDA

 POCO A POCO INTEGRARME EN LA SOCIEDAD

El día a día en el que me siento bien, es poner el despertador y, cuando suene, aunque me cueste, levantarme sobre la marcha. También, aunque no tenga ganas de hacer las tareas del hogar, tomármelo como una obligación porque después de hacerlo me siento mejor. Tener una mascota  y, aunque no me apetezca salir, tengo el deber de sacarlo y además paseo yo también.

Tomarme la medicación sé que me ayuda y procuro hacerlo correctamente.

Me ayuda poder ayudar a los demás con la satisfacción de que te escuchan.

Poco a poco integrarme en la sociedad.

 MAZINGUER