Me encontraba jincándome un Valdepeñitas de a 1,50 leuros en “La Cazuela” cuando como por arte de magia aparece Nemesio… Y es que me huele, me huele.
Como servidor apenas tenía un jandón, pensé: Se me ha cerrado la noche en agua. Además, llovía de narices esa noche. Nada más verlo, me enchufo el móvil con el pinganillo y me pongo música del “sordo alemán” para evitar mucha conversación
Como el abuelo sabe que por el derecho apenas oigo y tampoco veo bien con el ojo derecho (esto no tiene que ver con la política) sin decir buenas noches, se me pega a mi izquierda, que es por el oído que oigo bien y suelta a Carmelo:
Oye camarada Karmelosky, ponme un Riscalito y una tapa de asaura, que ma dao alegría de ver al Parrilloff.
A lo que Carmelillo le responde: le puedo poner criadillas.
El abuelo le dice: Esas te las comes tú, porque eres un rojo descafeinao, menchevique y bocazas, que te harán falta pa cuando te quedes sin curro.
Carmelo: Le pondré sangre, que es roja y que viene muy bien para un rojeras achacoso como Vd. La sangre tiene glóbulos rojos en forma de hoces y martillos, que ponen las pilas para trabajar… que no le ha dado usted un palo al agua en su vida, y además (dice Karmelosky) yo soy un auténtico bolchevique, con un par de…
Nemesio venía muy cabreado, pues nos dijo que había tenido una `indiscusión´ con su Dolores y la Evarista, que llevaban toíta la tarde escuchando Radio María en el salón y rezando el rosario y él se había tenío que ir a la cocina, pa no escuchar las soplapolleces de la emisora del carcamal de Rouco. Lo cierto es que este abuelo rojeras le he cogido cariño.
Y la verdad es que tenía razón en lo de Rouco y traía un humor de perros, pero cuando me vió, se calmó, porque soy para él, como el bálsamo de Fierabrás, pero en forma de tintorro del bueno. Tiene narices; yo tomándome un Valdepeñas y él un Marqués de Riscal, que por supuesto yo le iba a pagar.
Y Carmelo le puso sangre encebollada.
Dice el abuelo: Karmelosky, como `men tosique´, mi Dolores te va a poner una denuncia que te vas a cagar…
Y Carmelo, sin responderle, bajo el cuello de la camisa negra de trabajo se coloca una servilleta doblada a modo de alzacuello, como el que llevan algunos curas todavía y le da la bendición.
Nemesio: ¡Que haces so desgraciao, yo no me voy a morir, que desde que te juntas con el facha del niñato éste ya has perdío los valores comunistas y ni eres bolchevique ni ná!
Carmelo le dice que le da la bendición “pro artículo mortis” y que a su izquierda en la barra está el médico forense, que certificará su defunción y que a su derecha está un enterraor de solera, jubilado, que puede hacerle un favor y alojarlo en una cómoda habitación individual.
Nemesio: Parridemialma, ¿es verdá lo que dice este mierda de cura?
Yo asentí y automáticamente su cara adquiere un color verde-amarillento, las orejas del color de la cera.
El enterraor le dice: Me da el `párpito´ de que mañana hay una esquela en la puerta del bar y es que alguien de aquí, esta noche la va a espichar y en eso no me equivoco, que son muchos años despachando fiambre.
Es cachondeo ¿Verdad Parrillosky?
Yo le contesto negativamente con un gesto displicente y le digo: Nemesio, a cada uno le llega su hora y no creo que el enterraor se equivoque mucho, porque está acostumbrado a oler el fiambre y…
Y ya empezó su característico temblor de barbilla, soltando cada retahíla de improperios … ¡Fachas, mamones, jodíos capitalistas, capullos… y…. ´`pñ´.,l«ññ«ñ´.ñ.-*+Çç********!
Pueden imaginárselo y traducirlo a su gusto
Y la verdad, que salvo Carmelo (el camarero) que hizo de cura, ciertamente allí estaba un médico forense y el enterraor citado ya jubilado.
El médico le dice: Yo certifico el óbito.
Y el enterraor le suelta: Y yo le hago un favor y le acomodo en una habitación de la primera planta, con vista al patio más bonito…
Sigue diciendo el enterraor: Esta noche la palma alguien, que yo no me equivoco, que ha sido mucho tiempo `alojando a la gente´ y además siete años viviendo en la casa del cementerio y huelo lo malo, porque aquí hay un tufillo que…
Nemesio se me queda mirando con ojos de estornino esnucao y me suelta:
¡Ea, ahora no me tomo el vino so facha desgraciao. Y al médico, al enterraor, al pestoso del Carmelo y a ti que sos jod…. Que sois unos menesterosos provocaores y Salud y República, que sois un hatajo de fascistas! ¡Salteaores de caminos!
Parece que nos pusimos todos de acuerdo y le gritamos: ¡Viva la monarquía!
Salió del bar como alma que lleva el diablo y casi se mata con los cristales de la puerta. Su vino me lo bebí yo, claro, pero la sangre ni la toqué, por si acaso.
Y el enterraor le grita: ¡Cuando llegue Vd. al “hotel” que su mujer me llame por teléfono, que lo trataré a cuerpo de rey!
Del corte de manga que nos hizo, todavía le tiene que estar doliendo el brazo. Pero como digo, le he cogido cariño
Pobre Nemesio que macabros que estáis con el. Asi no me extraña que siempre te gorronee un Marques del Riscal, se hacéis eso conmigo pediría como mínimo un Protos o un Vegas Sicilia. .