Son pusilánimes los pasos de este amplio trecho. Estrechas son las huellas del plano físico de tu pie. Hay veredas desorientadas entre los pedregales, las rocas y los jaramagos silvestres que conducen, seguro, a tu destino. Los álamos me devuelven a la memoria olvidadiza de los años el camino certero, y sus hojas doradas destellan reflejos luminosos de los rayos de sol, y sus hojas plateadas me devuelven el brillo de una tarde de invierno que se cierne entre nublos, como si fuesen sombras permanentes. Los álamos siempre brillan con las estaciones del año.

Foto: Jordi Casasempere

Foto: Jordi Casasempere