Con esto de la crisis, o mejor dicho estafa, hay mucho discurso que trae tarumba al personal. Podríamos citar palabras mágicas de las que se abusa sin contemplaciones con significados e intereses varios y/o poco confesables. Tal sería el caso de emprendedor/a, brotes (verdes), competitividad, iniciativa, mercado (laboral), sostenibilidad (ambiental),.. Reflexionemos hoy sobre lo que puede esconderse tras tanto emprender en este capitalismo depredador.

Podría tratarse de una estrategia para mejorar la imagen del magnífico empresariado español. Sí. Una vez olvidados la conciencia de clase (trabajadora) o el empleo estable y conseguido entre tod@s, el desprestigio de los sindicatos, nada mejor que llamar emprendedores a los insaciables demandantes del despido libre y gratuito. Claro, algo habrá que hacer con Díaz Ferrán en la cárcel o Fernández acusado.

Lo malo es que no es solo cosa de empresarios( grandes, pequeños o medio pensionistas). Esta fiebre emprendedora afecta a tirios, troyanos e incluso a gente de muy buena fe. Un día vemos una invitación a que cada cual exponga sus ideas para favorecer su propio empleo. Otro un curso para emprendedor@s propiciado por una cámara de comercio o cualquier administración. Por supuesto que algo hay que hacer y que no hemos de negar el pan y la sal a iniciativas que, en algunos casos, hasta llegan a tener éxito. Lo discutible es el exceso y/o el uso oportunista que acaban malogrando las menguadas posibilidades en una sociedad estancada. Hay algunas oportunidades en lo micro o en ciertos sectores, pero no podemos olvidar que vivimos en un mundo muy globalizado. Ya nos señaló el camino el citado emprendedor y delincuente señor Ferran: ser como chinos, trabajar mucho y ganar poco. De nada le sirven a una comunidad las ocurrencias, creatividades e iniciativas de algunos de sus miembros; más cuando quienes controlan las grandes fortunas y chantajean al poder ex-democrático, sólo propician el empobrecimiento de la gran mayoría.

De vez en cuando, y para más inri, esta caterva de esquilmadores del pueblo, parece abandonar sus soflamas de economía tramposa para hablar de: educación, formación profesional, investigación y desarrollo (de su fortuna, claro). Aquí, una vez más, la vida y todo tipo de desarrollo (incluido el que deviene de la educación) ha de estar sometido a la diosa economía capitalista. Así que, fuera educación para la ciudadanía o valores humanísticos y fundamentaciones científicas. Lo mejor es tantas horas de religión como de matemáticas, poca reflexión sobre la realidad natural o social y mucha sensiblería adormecedora. Eso desde los primeros tramos,en donde no faltarán las incursiones pretendidas por algún banquero (BBVA), para que nuestra infancia empiece a ver con buenos ojos a ese entramado financiero-especulativo, que nos lleva por tan buen camino. En cuanto a la formación profesional nada mejor que sea la propia empresa la que influya en los centros. Desde allí,se procurará una mano de obra más sumisa, menos crítica y conocedora sólo de lo que la patronal determine en cada momento. En la educación universitaria y en la investigación lo tienen más claro si cabe: *Cerrar la investigación y que nuestro personal formado emigre beneficiando al extranjero * Asfixiar eliminando a la universidad pública con recortes de presupuestos, supresión de becas y subida de tasas. Así se volverá a una universidad elitista, casi vedada a la clase trabajadora.

Hemos tratado de hacer ver, que al hablar de “emprender” o de “crisis” seguimos tropezando con la estafa, casi más de naturaleza ideológica que económica. Se pretende despojar a la persona actual y futura de su condición de ciudadan@ racional y corresponsable del planeta, puesto en peligro por el sistema capitalista, destructor y asesino. Se soslaya, de manera ladina, que es@ ciudadan@ humanista y solidari@ es más que emprendedor/a. Su responsabilidad le llevará a poner al servicio de la comunidad sus cualidades, iniciativas y esfuerzo más allá del simple afán de lucro. Con esa simplificación de la persona (a emprendedor/a), el capitalismo propicia la condición de súbdit@- mercancía, despojad@ de racionalidad, voluntad y dignidad. Es una manera de decir que se pretende que se pierda la vergüenza. Lo que Machado diría de manera menos grosera:

Por muchas virtudes que adornen a la persona, ninguna superior a la de ser persona.

Antonio Martínez Lara. Miembro de 15M Linares.

Fuera el capital de la Universidad

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