El verano es también una ventana a nuevas experiencias o al menos a nuevos días vividos un poco más lentamente. Y hay que salir. Sé que en los tiempos que estamos no es fácil plantearse unos viajes muy lejanos, pero tenemos cerca la Sierra, tenemos cerca la playa, el mar, y no hay que dejar pasar algún día en el que el horizonte nos lleve un poco más allá de dónde estamos. Tenemos las espaldas del recuerdo cubiertas por estas redes sociales que en tantos aspectos nos mantienen en contacto.

Hoy voy a valorar todo lo que las redes han significado para la comunicación entre nosotros. Nos podemos “ver” todos los días, podemos con solo pulsar un “me gusta” saber que alguien ha estado ahí y si, encima, ya lo comentamos te da la sensación de que estás muy cerca. Cuando lo compartimos quiere decir recobras la identidad de lo que podrías haber olvidado. Cuando viajas, cuando te vas de tu hábitat habitual es como si el cuerpo y el alma estuvieran en distinta dimensión aunque te reconozcas en uno y en otra alternadamente. Y esto es de vez en cuando necesario. De todas formas yo seguiré acercándome los viernes para recibir vuestros comentarios, os diré que ha sido un descubrimiento y una grata experiencia para mí ver que lo que escribo puede tener cierto eco, no importa que sea nítido o distorsionado, pero sí me da idea de que alguien, unas líneas más abajo, también tiene algo que decir.

Y os diré que me agrada, me acerco a ellos con el interés de conocer una opinión que no es la mía, no me enfado si no se está de acuerdo, al contrario, pienso que es otra forma de ver las cosas, cada cual es fruto de su vida. Cuando se coincide me alegra porque puedo estar algo más cerca de la verdad. Cuando no hay comentarios pienso que no ha tenido interés lo que he escrito y entonces entiendo lo de los gustos y los colores. Pero ya cuando algunas veces se sale por peteneras, o sea que no tiene nada que ver la intención con la reacción, no sé si pensar que no me he explicado bien o que por mucho que me explique siempre habrá alguien que no me entienda. Al final cada uno vuela solo y es de justicia que sea así, sería muy pesado cargar con las equivocaciones o aciertos propios y ajenos, cada cual lleva lo suyo pero lo bueno es que compartimos el mismo camino y nos vemos llevando nuestra propia mochila. Y aunque no estemos de acuerdo, nos saludamos y sonreímos porque vamos en la misma dirección. No hay nada nuevo bajo el sol.

Todo esto pienso cuando los días subsiguientes leo y contesto. Hoy no estoy hablando de nada en concreto y espero me perdonéis por ello, pero me pilláis a caballo entre un sitio y otro donde voy a cambiar de aires por unos días. No es muy lejos, compartiremos las mismas noticias, nos enteraremos de las mismas cosas y seguiremos opinando y compartiendo el mismo cielo, sol, luna y estrellas. Un mundo global en el cual estamos y somos iguales.

Así que feliz verano, que todo vaya bien. Os prometo que entre una cosa y otra siempre tendré tiempo para charlar un poco y así evitar que nos echemos de menos.

Verano en las Playas de Cádiz

Verano en las Playas de Cádiz – Foto: Jordi Casasempere