Hagamos un trato, yo te invento
y tú me despiertas cada mañana
con un beso de esa boca
que yo concebí sobre mi almohada.

Un trato sin lágrimas, sin miradas
tristes, sin despedidas amargas.

Tu sonrisa siempre fresca,
tu mirada, esa brisa que renueve
todos los días mi casa.

Tu piel rozará mi sexo
y habrá noches que nos haremos
esclavos de la cama
o de cualquier rincón de esta morada.

Hagamos un trato, yo te invento
y tú, tú me amas.

Hagamos un trato

Hagamos un trato