Dicen que es de locos volar,
pero yo estoy aquí, ante el abismo
inmenso del valle, aquí encaramada
a estas rocas, me dispongo
a mi locura de saltar, dejando
caer mi cuerpo y esbozar
en el aire, miles de figuras
irregulares y salvajes; danza
y vuelo, muerte y vida.
Desde arriba, seré nube,
seré viento y horizonte.
Ahora os veo bajo
el asfalto, y yo soy libre,
sin miedo. Tú, hombre,
tendrás miedo al hombre.
Yo, a su propio miedo.
Mis alas visten mi locura,
mi visión, mi secreto.
Soy reina del cielo, inconfundible
rapaz de nobles plumas y como
te dije, en libre vuelo, enloquezco.
La paz del cielo es mi mundo,
vigilo atenta vuestra guerra,
perdón, quise decir tierra.
Seré nube, seré viento,
Águila Real, me llaman,
de cabeza dorada, fuerte pico
y pardas plumas me adornan.
Dicen que es de locos volar
y mi locura es mi vida y
mi libertad, mi corona.
Me ha encantado, es maravilloso el poema. Debes publicar más, por favor. Aquí tienes un ferviente seguidor
Gracias Manuel Almagro, todos los miércoles tengo una sección en La revista de este diario. La sección se llama «disfrazado de palabra», pinchado sobre mi nombre podrás ver todas las anteriores publicaciones y de nuevo te doy las gracias.