Hace tiempo que vengo diciendo que, de manera más o menos sutil, amparado en la crisis económica, el Gobierno de Rajoy está llevando a cabo una serie de recortes en el terreno de los derechos sociales que va más allá de lo necesario para resolver la falta de ideas e imaginación para generar puestos de trabajo y con ellos más cotizantes a la seguridad social y con ello mejores condiciones de vida para los ciudadanos, y en muchos ocasiones con el amparo, o el canguelo, de los “sindicatos” y el beneplácito de algunos empresarios o Holdings millonarios.

Para empezar, si alguien quiere tratar el tema desde una óptica moral o religiosa que haga su debate dentro de su Iglesia y que imponga (u ordene bajo pena de excomunión, como ocurre con el divorcio) a sus fieles lo que crea que debe aconsejar al respecto, después cada uno hará lo que su conciencia le dicte.

Pero, el tema del aborto es un asunto sociopolítico, o al menos debería serlo si aspiramos a un Estado libre de presiones y aconfesional, salvo que deseemos un país dónde lo que menos importan son sus habitantes y más la opinión, respetable, pero que nunca debería ser impuesta a los demás, de unos señores que se creen con el derecho de decidir sobre la conducta de los demás (Iglesia en este caso, banqueros, y políticos iluminados en otros)

La decisión de abortar no es un plato de gusto para una mujer embarazada y, en muchos casos para el hombre que contribuyó a ello; pero hay que entender que las circunstancias de cada cual para decidir una cosa u otra son personales y nadie, ni nada (persona física o institución), debería tener derecho alguno sobre una decisión tan dura como la de abortar.

Es más fácil para un gobierno que ha mentido en campaña electoral, sea dicho de paso, cortar por lo sano y obedecer las consignas del Santo Padre de Roma (el moderno, el Papa de los pobres) y de organizaciones (sectas para mí) integristas de la Iglesia Católica (OPUS DEI, Legionarios de Cristo, etc.) O hacerlo a otros estamentos que pueden tener intereses ocultos para que esto sea así y que desconozco su identidad.

Puedo hacer ficción y pensar que hasta en este tema pueden ingerir los estados europeos sobre el nuestro ¿Por qué? Para que los abortos, que hasta ahora se realizan en España, tengan que hacerse en otros países de la UE (Portugal, Italia, Francia, Reino Unido…), que tienen una ley similar a la que ahora va a derogar nuestro Gobierno y así, recibir ingresos económicos (avión, clínica, asistencia sanitaria)
Quizá la lucidez de Gallardón se nos escapa y haga esta nueva ley con el fin de ahorrar recursos y dinero para la Sanidad nacional. Quién quiera abortar que lo haga, pero fuera de nuestro país y por lo privado, pagando.

Claro, sería una buena jugada si todos fuéramos ricos, si no hubiera 6.200.000 parados, si no hubiera muchas familias en el umbral de la pobreza (lo dice Cáritas, una organización Católica, que me merece todo el respeto del mundo por su labor, que es la que debería hacer cualquier Gobierno que se precie de servir a los ciudadanos y no a los intereses del poder), provocando situaciones abortivas clandestinas en condiciones sanitarias pésimas; por ser mal pensados, si las mujeres que aborten de manera furtiva lo hacen así y llegan a morir, el número de parados puede descender, otra estrategia que se nos escapaba del gran Ministro echándole una vez más, una mano a Montoro.

Es una falacia similar a la que hemos visto en otros presidentes del Gobierno anteriores: Defensores de la educación pública con sus hijos en Universidades Privadas Extranjeras o en Colegios Privados. Ahora le toca a la derecha: Sólo quienes tengan suficiente poder adquisitivo y cierta cultura abortarán en clínicas extranjeras en buenas condiciones sanitarias.

Con respecto a la objeción de conciencia de algunos médicos tiene fácil solución; cuándo usted firme un contrato de médico debería ser informado de que probablemente tenga que practicar algún aborto. Si no le interesa, no firme, al fin y al cabo, es un funcionario. ¿Se imaginan a un médico que pertenezca a alguna religión en la que sea pecado hacer una transfusión de sangre y por tal motivo un familiar suyo no sea atendido debidamente? ¿Qué pensaría de ese médico?

Por último, la cárcel. Mientras políticos y banqueros corruptos, hijos de reyes, cantantes de postín, narcotraficantes, proxenetas rusos, empresarios chinos, se pasan la ley por el forro y corrompen con dinero y poder a jueces y fiscales, y no ingresan en prisión ni devuelven lo robado ni el dinero blanqueado, ¿vamos a amenazar con la prisión a una pobre mujer que no tiene recursos para mantener más hijos, o que, sencillamente fue violada, o que sabe de antemano que su hijo va a sufrir durante toda su vida, a la par que ella porque la criatura viene con una malformación física o psíquica? Claro, los poderosos tendrán recursos para que “otros” les críen a esos niños.

Si los ciudadanos normales y corrientes nos quedamos sentados tranquilamente viendo la televisión ante esta falta de sensibilidad, como muchos lo hacemos ante otras injusticias y pérdidas de derechos civiles, ¿en qué nos hemos convertido?

Aborto-sino

Foto JPCatepillan