Después de la gripe, la lluvia, el frío y las “vacaciones” de Semana Santa, ésta es una semana de reencuentros. Reencuentros con el Sol, con la rutina, con la búsqueda de oportunidades y con la inquietud por la situación de incertidumbre en la que algunos (varios millones) vivimos.
Es, además, una semana de grandes pérdidas y enormes legados. Sin embargo, hay una que me ha afectado especialmente. Se trata del fallecimiento de José Luis Sanpedro. Reflexionando sobre la muerte y sus consecuencias me he detenido en la importancia de los afectos, desde la tristeza que siente la familia cuando despide a un ser muy querido, hasta la tristeza que sentimos como sociedad cuando se va, discreta y calladamente, uno de nuestros grandes pensadores.
No puedo evitar hacer un paralelismo entre estas dos pérdidas, la familiar y la que nos atañe a todos. En cuanto a la primera, solo puedo desear que el tiempo vaya asentando los sentimientos y que cada uno encuentre su forma de convivir con el dolor y con la ausencia. Respecto a la segunda, la pérdida pública, la del personaje que nos deja, quiero, con toda la humildad, desde estas líneas reflexionar sobre la figura y el legado del Sr. Sampedro.
Más allá del personaje está la persona, un economista, un profesor que enseñaba y nos enseñaba que otra mirada y otra economía son posibles. De los retazos de entrevistas que nos muestran estos días hay una frase que me ha llamado especialmente la atención, permítanme que no la cite de manera textual, decía algo así como que la erosión de los pequeños es la que consigue cambiar las sociedades porque los grandes no tienen ninguna necesidad de cambio.
Pues eso, quiero quedarme con ese rayo de esperanza, quiero pensar que otro sistema económico es posible y que somos los pequeños los que podemos conseguir que las cosas cambien, porque tienen que cambiar y mucho.
No nos quedan tiempo, ni ganas, para más bravuconadas, para que los mismos, los pequeños, nos ajustemos aún más, aunque ya no nos queda nada que ajustar. No queremos un plan contra la pobreza, queremos un plan por el desarrollo, por la limpieza institucional, por la ética, la justicia social, el reparto equitativo de la riqueza. No queremos que se sigan sacando ingentes cantidades de dinero de España, como se refleja en los datos de la Agencia Tributaria relativos a 2012. No queremos que los lobbies perviertan el sistema financiando a unos partidos que no nos sirven, ya no. No queremos a unas instituciones que perpetúan el sistema que ha originado la situación en la que estamos, no queremos que una ministra nos diga que ya hemos tocado fondo porque el gurú gallego de turno se lo ha dicho. No queremos un Congreso y un Senado en los que se sientan personas que han desarrollado toda su carrera profesional en la política, sin conocer otro trabajo, vamos sin conocer el trabajo. No queremos un sistema que habiendo tenido la oportunidad durante más de quince años de cambiar el modelo económico no lo ha hecho porque las oportunidades de unos pocos son más importantes que el bienestar de todos.
Queremos una mirada fresca con soluciones reales, que nuestros jóvenes miren con esperanza al futuro, queremos un sistema público que funcione, no que tenga beneficios, no, que funcione. Queremos un sistema económico que permita vivir a todos y a todos expresar lo que piensan. Queremos mirar de frente, vivir en nuestra casa, de nuestro trabajo y no de la caridad.
Fuentes:
http://www.escritores.org/index.php/biografias/346-jose-luis-sampedro
Foto: Acebuche (Licencia Creative Commons)
¡Cuanto me alegra que hayas decidido escribir…! Y ya te dije, como en la canción de Miguel Ríos… «A menudo me recuerdas… a mí». Y no es cuestión de citas ni de que hayamos coincidido en recordar a José Luis Sampedro. Ya me entiendes. Felicidades.
Que tendrá que ver el san Pedro este con los recortes. Se le ve a la izquierda muy preocupada con el gasto público, una pena que esta preocupación no les haya entrado años atrás.
«Hay dos clases de economistas; los que quieren hacer más ricos a los ricos y los que queremos hacer menos pobres a los pobres». José Luis Sampedro. Recuerdo una entrevista en su apartamento de Mijas; en el rellano de los pisos, junto al suyo, tenía un letrero: «Avenida de la Tercera República Española». La valentía de expresar sus ideas revolucionarias, la sabiduría con que las transmitía, la exquisitez de su literatura y todo lo que conlleva ser sabio, hacen de la pérdida de José Luis Sampedro un desconsuelo social. En España no se valora la sabiduría, digamos que se la reduce con cinismo, y a pesar de ello a José Luis Sampedro se le llora porque nos deja silenciados por su muerte y más solos que la una en esta España hecha un desastre, que usa la palabra Democracia como un títere muerto. Su frase: «El tiempo no es oro. El oro no vale nada. El tiempo es vida», en esta sociedad seguramente lo llamarían loco en la conciencia capitalista del hombre es lobo para el hombre, ¿cómo que el oro no vale nada? Si la Humanidad entera se mata por el oro. La filosofía económica posible y las ideas anticapitalistas de José Luis Sampedro le han hecho ser un punto negro en la dirección que el capital desea para los Pueblos en este sistema absurdo causante de tantas desgracias, pero una luz enorme en las conciencias de muchas personas de bien que también forman el Pueblo y luchan por un mundo mejor y más justo. Siempre en nuestro recuerdo, gran maestro y persona José Luis Sampedro. Y sí, Viva la Tercera República Española en este 14 de Abril.
Mujer progresista, buen comentario y buen recuerdo y deseo de tercera república.
Pero no habéis gobernado ocho años los progresistas?. Habláis como si acabaseis de llegar, vuestras políticas son de sobra conocidas, por desgracia.
Con lo de la República estáis para que os amarren. ¿tanto os gustaría tener un jefe del estado del PP?. La izquierda, ni pies ni cabeza.
Sra. Estévez, un artículo de un enorme calado que me ha gustado muchísimo.
Por cierto, no veo que miente para nada la República y que yo sepa, tenía un abanico desde la extrema derecha a la extrema izquierda. Reitero, un excelente artículo con el que cada uno se posicionará según su ideología, pero que es la pura verdad… yo al menos sin posicionamientos.
Julio Anguita ha presentado hoy en el Ateneo de Madrid, su último libro, titulado «Conversaciones sobre la III República» y en el hace un distingo, entre «poder» y «Gobierno» y señala que los últimos gobiernos y los anteriores, se han comportado como «capataces» del poder real, que precisamente no está en el Pueblo Soberano, como cabría esperar de una Democracia avanzada. Y a la vez nos alerta que los poderes «facticos» puedan estar planteándose que el Bipartidismo y la Monarquía en franca caída y de proceso de amortización, se estén planteando una «república de extrema derecha» para seguir fortaleciendo los intereses y privilegios de los poderosos de siempre a costa del Pueblo. Por tanto hace un llamamiento ha exigir una República con contenidos, totalmente laica, con contenidos de Justicia Social. una Democracia participativa y de defensa plena de los Derechos Humanos. Resumiendo, evitar de nuevo el engaño y no aceptar una ansiada República sin que haya un cambio radical, en el que la Soberanía real esté en el Pueblo. Enhora buena por el articulo y excelente comentarios, principalmente la de Mujer Progresista. Hoy un día de esperanza frente a las innumerables injusticias y agresiones a las Clases Trabajadoras, como decía la Constitución de la II República. A por la IIIª. Salud y República.
El rojerío tiene claro que hay que echar a bajo el régimen, pero no se sabe muy bien qué poner, el eterno problema de la decimonónica izquierda ibérica. Porque si el pueblo elige como presidente de la supuesta república a Aznar (ahora mismo sería lo más probable, Aznar o alguno del PP, partido más votado) la república ya no molaría. Osea, quieren una república, pero no una república república, quieren la república que yo te diga la que yo te cuente. Yo creo que lo que el rojerío admira de la II República no son sus vientos democráticos, sino más bien por lo que destacó: por la anarquía, los paseillos, la intolerancia, las amenazas de muerte en el parlamento, el descontrol, y lo más importante para la izquierda; un trampolín hacia su revolución, el ansiado régimen totalitario.
Sinceramente, en el mejor de los casos, la izquierda no sabe lo que quiere.
Sr. Kevin, por lo visto Vd. si sabe lo que quiere… por lo pronto justifica el golpe de Estado del dictador Franco, muy democrático y muy moderno, los decimonónicos somos el resto. Y por último no cuente milongas. Desde las últimas Elecciones Generales han pasado muchas cosas y muy lesivas para la Clase Obrera y los sectores populares, y muchos y muchas que fueron engañados hoy, ( por suerte para ellos mismos y para el resto) ya no lo serian, o sea que de Aznar mas bién NO. Salud y República.
Señor Kevin, el lenguaje que utiliza y el odio a la izquierda que manifiestas, si es decimonónico.
Salud y república.
Antes que el amor, el dinero, la fe, la fama y la justicia, dadme la verdad. – Thoreau –
La verdad no es objetiva, no existe una verdad en el plano de las ideas platónicas, que sea perfecta o, incluso, verdadera.
Lo que sí está claro es que estamos destinados a la autoeliminación como pueblo, somos incapaces de respetar las ideas de los demás, de ver la realidad que nos rodea, de ser críticos, no sólo con los demás, sino y peor, con nosotros mismos.
Nadie tiene la culpa de que el Señor San Pedro denunciara tanta injusticia como nos rodea (venga de la izquierda o de la derecha)
Nadie tiene la culpa de que la Monarquía actual esté en entredicho (salvo sus miembros)
Nadie tiene la culpa de que ZP fuera más allá de lo que sus votantes querían cuando le dieron su apoyo.
Nadie tiene la culpa de que Rajoy mintiera en la campaña electoral.
Ni de los ERES ni de los Gurtell, ni de los sobres, más que sus responsables y quienes ponían «el cazo»
Las luchas cainitas entre izquierda y derecha no es más que otro mecanismo del poder que se ríe de todos nosotros.
Aproveche el rayo de espezanza Sra Estévez que aún le queda… Por desgracia a muchos ya no nos queda ni eso.
https://www.linares28.es/2013/04/10/reflexiones-sobre-la-democracia-y-otras-utopias-actuales/
Un poco de Historia no nos vendría mal, para conocer los comportamientos de los sectores sociales en nuestro País durante decenios de años y podríamos entender que es lo que está ocurriendo hoy, ante un mundo globalizado con un capitalismo desregulado, insaciable y con unos mecanismos políticos , jurídicos e ideológicos que le permiten seguir operando deshumanizadamente; aumentando al unísono poder y riqueza para unos pocos y sufrimiento miseria y hambre, para millones de personas. Como diría el Poeta: no son tiempos para la Lírica y menos para ponerse por encima del bién y del mal, hay que mancharse como el panadero cuando amasa el pán y posiblemente empecemos ha encontrar razones para la esperanza.
Creo que lo importante en esta vida es ser decente y la gente decente, no come de la ideología. Hay demasiada gente atrapada por la ideología que son fagocitados por ella, como Saturno se comió a sus hijos.
Déjese de doctrina que la izquierda no se cubre de gloria. Sus comienzos fueron sanguinarios, golpistas y no menos totalitarios que la derecha; ahora mismo están inmersos en una campaña de negación y deslegitimación del sistema democratico para evadirse de sus responsabilidades de ocho años de gestión desastrosa que nos acordaremos toda la vida de haber desaprovechado esos años de bonanza excepcionales.
A día de hoy manda el sistema capitalista porque el socialimo ha demostrado con sangre ser mucho peor. En nuestro caso de las políticas irresponsables de la izquierda. Linares, sin ir más lejos, se queda sumida en la ruina, dependiendo completamente de la caridad de las administraciones y sin perspectivas de futuro gracias a la gestión de la inefable izquierda.
Y mientras el pueblo se aprieta el cinturón y es deshauciado, Salgado de rositas en su chalet de Suiza, …y Zp comprándose un piso de 800 mil euros, …y la gente como Citrico riéndoles las gracias.
Cuando el Estado mediante la política quiere cambiar algo, lo cambia. Esta época muestra que al Estado el Pueblo español le importa un rábano. Acosados, preocupados y desolados no solamente por la crisis económica (donde las finanzas juegan, privatizando todas las fichas, con el Pueblo al parchís) sino por el avance descarado de la pérdida de derechos sociales y la indiferencia generalizada de la Justicia (también privatizada), todos somos testigos de la indiferencia que ejerce el Estado sobre el Pueblo. Indiferencia a la dignidad del presente y al futuro. ¿Dónde nos lleva el Estado? A la privatización del Pueblo, norma que creen estupenda, basada en los ejemplos que padecen todas las naciones del tercer mundo. Un Estado que sólo recauda, un sistema mantenido para la élite, un sistema que protege a la clase dominante y somete a las demás, un sistema donde no cabe nadie que no desee trabajar sólo para mantenerlos con nuestra vida e incluso un sistema que desea controlar hasta la ética, base de la Libertad individual. Decir Democracia es expresión vacía, ciertamente que es un neoliberalismo absoluto que desea arrastrarnos al silencio para mejorar nuestro engaño, todo apoyado por una jerarquía católica que se cree dueña de la moral (privatizándola) del Pueblo, como si no se hubiese enterado de que Pueblo e Iglesia son dos conceptos desunidos en la libertad de cada cual y por supuesto deberían estar separados. Atizan juntos, derecha e iglesia católica, unos con la economía y el otro con la moral, y juntos legislan a favor de la clase dominante. Para que la política que nos manda el Estado sea respetada, lo primero es que haya políticos que sean respetables, con una política respetable y que ejerzan para lo que son votados: para el Pueblo, para la generalidad del Pueblo, que es soberano, eso se dice. Vamos observando que empeora la dignidad que el Pueblo merece, por lo tanto el Pueblo qué menos cabe esperar a que se organice. En Madrid sólo el PP ha votado que la Thatcher tenga el nombre de una calle, el PP solo en la reforma de la Ley Hipotecaria, el PP sólo en todas partes, porque en realidad está solo, con su élite al margen el Pueblo, solos legislando para unos pocos contra unos muchos. La guía que vamos observando es que aceptemos que privatizar hasta el aire es el camino que la derecha nos va indicando, en realidad es el camino que la élite necesita para seguir viviendo el Pueblo y burlarse de éste con la Ley en la mano. El Estado sólo recauda. El Pueblo que se busque la vida, explotados, hambrientos, emigrados, sometidos, para mantenerlos en su élite con todas las fichas de este parchís privatizadas y sujetas por las finanzas, los ricos, y la jerarquía de la iglesia católica. Democracia, en qué triste palabra va quedando. Franco nos privó de infancia y sus herederos nos arrancarán la vejez digna. Entremedias, una Democracia de paripé.
Sr. Kevin, permitamé que le diga un dicho de Linares «Que no te enteras Contreras» que yo no aplaudo al PSOE, que este Partido no ha hecho políticas de izquierdas a lo más de Centro, por cierto eso es lo que decía que era el PP, un partido de centro, después de la mayoría absoluta ya no lo dice. Curioso ¿no?.
Doce millones de euros de dinero del Pueblo se ha gastado el Estado en Inglaterra en el entierro de Margaret Thacher, doce millones de euros, para la autora de la frase: “No existe eso llamado sociedad” y que aplicó en un sálvese quien pueda destruyendo todo lo público: sanidad, educación, transporte, encareciendo de tal modo el gasto ciudadano que efectivamente su hierro lo soportó el Pueblo a herida importante y grave, triplicando el desempleo, empobreciendo sustancialmente al Pueblo para salvar y mantener a la clase dominante, excluyendo de todas partes a los más pobres y a los más enfermos. En definitiva: los derechos los convirtió en privilegios. Recuerdo un poema que escribió Mario Benedetti a la muerte de un gran amigo de Thatcher: Pinochet, y que tituló: “A la muerte de un canalla”. “Vamos a festejarlo, vengan todos los inocentes, los damnificados, los que gritan de noche, los que sueñan de día, los que sufren el cuerpo, los que alojan fantasmas, los que pisan descalzos, los que blasfeman y arden, los pobres congelados, los que quieren a alguien, los que nunca se olvidan. Vamos a festejarlo, vengan todos, el crápula se ha muerto, se acabó el alma negra, el ladrón, el cochino, se acabó para siempre. Hurra que vengan todos, vamos a festejarlo, a no decir la muerte siempre lo borra todo, todo lo purifica, cualquier día la muerte no borra nada, quedan siempre las cicatrices. Hurra, murió el cretino, vamos a festejarlo, a no llorar de vicio, que lloren sus iguales y se traguen sus lágrimas. Se acabó el monstruo prócer, se acabó para siempre. Vamos a festejarlo, a no ponernos tibios, a no creer que éste es un muerto cualquiera. Vamos a festejarlo, a no volvernos flojos, a no olvidar que éste es un muerto de mierda”. La clase dominante no escatima en gasto público para enterrar a toda pompa a quien los hizo más fuertes a costa de hacer más pobres a los pobres. Ana Botella le ha dado en solitario el nombre suyo a una calle de Madrid. Capaces son de haberlo hecho en una calle donde viven los excluidos que Margaret Thatcher tanto potenció a su masiva agonía. Yo no digo descanse en paz, sino qué paz dejó a su muerte y cuánto pan se ha negado a un hambriento para enterrar a quien lo hizo aun más pobre.