Un tema árido, controvertido sin duda, además de prolijo, que creo no va a dejar indiferente a nadie en función de las convicciones personales de cada uno y su sentido de ver la sociedad y el mundo.

Cincuenta y siete presidentes ha tenido Venezuela en casi dos siglos de historia hasta llegar al recién fallecido Hugo Chávez.

He de decir previamente, que he conseguido información de primera mano, de quienes han vivido en Venezuela más de 30 años y otros más que han experimentado también in situ su realidad socio-económica-político-religiosa, aunque por un menor espacio de tiempo, pero que pueden tener un juicio bastante ajustado de esa realidad, así como de la cadena mediática independiente Globovisión. Amén también de informes de varios periodistas venezolanos, que entre todos me han ayudado a formarme un juicio bastante ajustado a esa realidad, que como digo, no deja a nadie indiferente; tanto seguidores como detractores.

Pero en cualquier caso esta opinión no tiene más valor que el puramente personal.

Es obvio que para los venezolanos, Chávez es un dios emergido del propio pueblo, que habla el mismo idioma que el pueblo, con quien se siente identificado (hablo en presente, como si no hubiese muerto). Para el pueblo venezolano es un mesías con un carisma enorme, gran orador y dominador mediático, que ha sabido ver las propias necesidades de la población y ha pretendido, con métodos ineficaces, atajar y cortar una pobreza endémica originada por la oligarquía política y financiera durante decenas y decenas de años. Ha alfabetizado a dos millones de niños y jóvenes y eso hay que anotarlo en su haber.

El comandante llega al poder en elecciones libres y democráticas hace catorce años manteniéndose en el mismo hasta su muerte.

Artífice de dos golpes de Estado. Perdonado, indultado por el Presidente Caldera, (demócrata cristiano) y que, una vez ganadas las elecciones, el mismo Caldera le impone la banda nacional como nuevo Presidente de la República. En este acto de la imposición, Chávez menosprecia con su actitud al Presidente saliente Rafael Caldera que no era un mal hombre, pero infausto políticamente.

A raíz de la evolución de las prospecciones petrolíferas y el auge en su explotación vertiginosa, Venezuela adquiere un ritmo económico inusitado, haciendo partícipe a parte de la población (incondicionales) olvidándose del resto (oposición) e inyectando millones de dólares a los gobiernos de Brasil, Colombia, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Honduras, Cuba etc., con lo que se asegura la cooperación política en forma de pleitesía, cuando no de servilismo de estos estados, siendo Chávez el benefactor de todos ellos, amén de regalarles millones de barriles de petróleo, bajando el precio del barril para algunos y subiéndolo exageradamente para otros. Tiene en su haber el despido de 30.000 trabajadores de las petroleras de una misma tacada, al anunciar estos trabajadores una huelga indefinida. Luego además su reconocimiento por China y países de la órbita ex-soviética y musulmanes de reconocida canalla dictatorial e integrismo islámico.

Se hizo de los tres poderes: legislativo, ejecutivo y judicial, así como del ejército, que se nutrió de militares cubanos. Chávez vio en Castro su alma mater, su super-yo, su alter-ego. Antes de ser presidente, ya tenía contactos con Fidel.

Durante su mandato han crecido, y en mucho, secuestros y asesinatos: en Caracas han ocurrido más de 200 muertes en sólo los días de que van en el mes de Marzo. La inseguridad en Venezuela es un gravísimo problema. La verdad es que nadie duda en ese país de la simpatía y cierta colaboración que ha existido entre el gobierno chavista y la guerrilla colombiana.

Chávez ha creado cerca de 30 de sus llamadas “Misiones” que, en realidad eran escuelas que buscaban un mayor bienestar de las clases más pobres, a cambio del adoctrinamiento; sin embargo, han cambiado muy poco las anheladas transformaciones sociales positivas que esperaba la población venezolana. Sigue la pobreza y la miseria de una manera escandalosa.
Fue una dictadura socialista paternalista, ególatra, donde todo lo que oliese a anti-chavismo, era perseguido (hoy, contra todos los derechos humanos, siguen venezolanos en las cárceles por motivos políticos).

Quiso “nacionalizar” la Iglesia, pero tanto católicos como protestantes lo mandaron a paseo. Maduro decía días atrás que en la elección del papa Francisco, el “comandante” intercedió por el papa Bergoglio mirando allá en el cielo a Cristo, cara a cara, frente a frente…
Siempre utilizó un lenguaje ofensivo, soez, que ha heredado Nicolás Maduro, pero sin llegar a la talla del comandante. Sus intervenciones en la TV venezolana hasta de 6 horas, al menos semanales, eran retransmitidas por todas las cadenas (o sí o sí), procurándose de sus seguidores un culto a la personalidad. Dividió, es verdad, el país venezolano en dos, sembrando el odio hasta en las propias familias (esto no sé de qué me suena…)
“Exprópiese” era su frase favorita y su forma de actuar.

Realmente hizo cosas importantes por la población, la más necesitada, aquella que es incondicional, regalando viviendas, dando trabajo, mejorando la sanidad (Cuba) y al resto que los partiese un rayo. Buen socialismo sí señor. Y así podríamos seguir y seguir….
Cogió un país con miseria y gracias al petróleo que es de todos los venezolanos, se hizo su pirámide y su panteón para ser recordado, dando una patada en el trasero a las revolucionarias ideas bolivarianas dejando a un país entrampado con la comunidad internacional, dividido y con gran riesgo de una guerra civil.

Desgraciado el que entre como presidente y no sea chavista…. Pero bueno, para eso está el ejército, entrenado y dirigido por los cubanos. Como me decían estas personas nada sospechosas de ser de derechas… “hay que haber vivido allí”.

Hugo Chávez

Hugo Chávez