Cansada está la flor de esperar
ser regalo, su imagen fue fijada
en la eternidad de un lienzo,
y los pétalos doblados
por la imaginación del viento.

Tu destino fue soñado
para endulzar un amor,
con tu ofrenda, un te quiero,
sosteniendo una mirada,
de amor puro y sincero.

¿Se marchitarán sus pétalos
en el túnel del olvido?
¿Absorberán las brisas
sus colores y fragancias?

Reconstruiré esta flor
con el afán de mis palabras,
para que sientas su belleza
en el tiempo y en la distancia.

Como color, te gustará el del alba,
como perfume, el aroma de tu cuerpo.
En el regalo te envío mi mirada,
en sus silencios, mi amor eterno.

La flor que no te regalé

La flor que no te regalé