Se me ha bloqueado
el hueco operativo del cerebro
quedando sólo patentes, algunas
viñetas triviales de mi memoria.

Orden al desorden de la irracionalidad
indocumentada sobre mi almohada.

Hay una neurona; sólo una
neurona intranquila y excitada
dando tumbos en un sector
desaforado e inusitado.
Está perdida, hundida, insatisfecha
de su productividad.

Ya no laten las emociones.
Hay un sabor agridulce en la
memoria, jugando al despilfarro
del consuelo. Las ideas
fluyen y sólo gritan
con voz queda “¡ESCÓNDETE!”

¿Qué significa tan
inocuo mensaje
en mi persona?

Dividiremos esta neurona en mil
otras, sin cansarla. La limitaremos
a una escasa cuarentena,
no obstante, este asedio retentivo
de mi intelecto, ha conseguido
un espasmódico y mal poema.

La neurona

La neurona