Nieves Moreno es una vecina de Linares que a finales de 2008 abrió un blog denunciando públicamente la que asegura que ha sido una injusticia que se estaba cometiendo con su hijo, que acababa de recibir una sentencia que lo condenaba a más de 4 años de prisión. Rápidamente, diversos medios de comunicación locales y alguno a nivel nacional se hicieron eco del caso bautizándolo como “El Caso MAG” del cual aún puede encontrarse abundante información en la red.

¿En qué situación se encuentra actualmente Miguel Ángel?
Después de dos años de prisión y poco más de un año entre tercer grado y libertad condicional, el día 3 de enero cumplió el total de la condena. Esto no significa que todos los problemas hayan terminado, ya que aún le quedan 16 años de orden de alejamiento (creo que aún sigue siendo el record de España de duración) y eso supone que debe extremar sus precauciones cada vez que necesita salir a la calle para algo.

¿Cuáles son esas precauciones que menciona?
Básicamente consisten en andar con mil ojos al salir de nuestro domicilio, al girar cada esquina de nuestra ciudad y al entrar en algún establecimiento, por si se encuentra con la que en su momento lo denunció tres veces. Además hay amigos y amigas que si la ven en algún sitio (afortunadamente se deja ver poco) se lo indican a mi hijo por SMS para que él no se acerque por allí, precaución gracias a la cual no se ha producido ningún desagradable encuentro desde hace siete años.

¿Pero después de tanto tiempo volvería a denunciarlo si se lo encontrase en algún sitio?
Desconocemos si aún tiene ganas de seguir haciendo daño a MAG (y con ello a sí misma), pero mal asesoramiento y maldad ya ha acreditado de sobra, para eso y para más. Así que no sabemos si volvería a denunciarlo y tampoco queremos comprobarlo.

¿Por qué piensa que su hijo ha recibido tanto apoyo desde el mismo momento de recibir la sentencia?
Está claro que la justicia puede ser ciega, y que tanto el juez Lucini Nicás, como la Audiencia Provincial de Jaén, han hecho el ridículo en este caso y han puesto su granito de arena para el merecidísimo descrédito de la justicia en estos momentos. Pero la gente no es tonta y, a poco que quiso informarse, todo el mundo, cualquier ciudadano o ciudadana, pudo comprobar que la denuncia no se sostenía por ningún sitio. Esta se produjo a los seis meses de la ruptura sentimental, cuando mi hijo ya estaba con otra chica, y justo un ratito después de que mi hijo denunciara en comisaría una agresión sufrida de manos del hermano de su ex pareja. Si a esto añadimos circunstancias rocambolescas como todo lo que pasó durante el juicio, y una sentencia “copy/paste” del escrito de acusación fiscal… Insisto en que la gente no es tonta.

¿Qué piensa usted, después de padecer todo este asunto, cuando en los medios de comunicación sólo se habla de Ley de Violencia contra la Mujer y se ignora la violencia que se ejerce contra el hombre?
Pues pienso que, a pesar de tanto bombo mediático, esta LIVG no está pensada para protegernos a las mujeres y no lo está haciendo. No hay más que ver que, desde su puesta en marcha en 2005, no han descendido en número de mujeres muertas, sino que se ha producido el efecto contrario, pues ha aumentado el número de denuncias contra los hombres, en su mayoría falsas, por venganza como a mi hijo, o por algún tipo de beneficio, como una paga de 400 euros mensuales, custodia automática de la descendencia, y preferencia a la hora de solicitar un trabajo o vivienda.

¿Qué comparativa hace entre hombres que denuncian por violencia a sus compañeras, y mujeres que denuncian a sus compañeros?
Pienso que la desigualdad es evidente, porque cuando un hombre es denunciado por su mujer o exmujer, todo el protocolo judicial previsto se activa enseguida, encerrando al hombre en el calabozo casi sin preguntarle. Si es fin de semana, como suele pasar, este hombre pasa privado de libertad todo el fin de semana, después un juicio rápido en el que casi no sabe lo que está pasando, y sale del juzgado con su orden de alejamiento debajo del brazo. Ya no podrá pisar el domicilio común ni ver a sus hijos. ¿Eso es justicia si la denuncia era mentira? En cambio a las mujeres, si algún hombre tiene el atrevimiento de denunciarla, ni se la detiene. Pero el máximo exponente de esta desigualdad tiene lugar cuando comparamos sentencias de hombres condenados a 15 o 20 años por asesinar a su mujer (lo cual me parece perfecto porque yo estoy en contra de cualquier tipo de violencia) con sentencias de mujeres que asesinan a sus maridos y son condenadas a 4 o 5 años e incluso las hay que salen absueltas.

¿Entonces cree usted que esta situación debía rectificarse?
Por supuesto, si queremos la igualdad REAL. Aunque ni el gobierno que teníamos, ni el que tenemos, ni cualquier otro que pudiéramos tener, tengan la más mínima intención de hacerlo porque el voto hembrista les supone grandísimos réditos electorales. Además, gracias a esta legislación, España recibe 3200 euros de la Unión Europea por cada denuncia por violencia de género, acabe en condena o no. Eso es un pastel al que nadie va renunciar, y más ahora conforme está la cosa. Además esta industria del maltrato ha generado muchos puestos de trabajo al personal hembrista, así se entiende que cuando una mujer acude a un Centro de la Mujer a pedir ayuda, sea para lo que sea, es imprescindible haber denunciado a su compañero para recibir asesoramiento, y esto es algo que cualquier mujer puede comprobar haciéndoles una visita.

Fotografía cedida por

Fotografía cedida por  Nieves Moreno