En tiempos de tormenta no hagas mudanza, dicen que dijo nada menos que San Ignacio de Loyola y hasta cuando no sabía quién lo había dicho, trataba de seguirlo. Se podría aplicar a muchas cosas en estos tiempos tan difíciles pero quiero ir al hilo de la semana de reivindicaciones contra la Lomce – ley orgánica para la mejora de la calidad educativa – porque aparte de que me sumo decididamente a la protesta, tengo que decir que ya podría ser la ley más perfecta que pudiéramos tener, que diría que no es el momento, que no es necesaria, que no hay presupuesto ni deseo de diálogo y que para el curso 2015-2016 largo me lo fiáis  Y encima nada menos que para que entre en vigor faltan 3 cursos, toda una eternidad en estos tiempos.

Desde que muchos tenemos memoria, sobre 40 años, ya van 4 reformas educativas o leyes generales que con la próxima serían 5, aparte de decretos por medio, o sea que más o menos tocamos a una ley cada 10 años. Puede que no nos demos cuenta ahora pero al ser la educación – o la enseñanza – de efectos retardados vamos a tener que ver dentro de unos años la de generaciones diferentes que van a salir… ¿Tú eres de la Logse? No, yo soy de la Loce. Pues yo de La Loe. ¿Tú diste educación para la ciudadanía? No ¿eso qué es? Pues yo no repetía nunca, promocionaba automáticamente. No, yo podía estar un año más en el ciclo. Y yo tenía inglés desde los seis años. Yo, desde los tres. Pues dicen que en la próxima sólo se va a poder estudiar según los trabajos disponibles… Pues entonces ¿qué tendremos que aprender? ¿Dónde está el trabajo? ¿De qué trabajo hablan? ¿En qué me formo? Demencial.

Mi opinión personal es que acepto las dos primeras que son las que se corresponden con la generación de jóvenes profesionales que llevan un tiempo siendo útiles a su sociedad. Puede que con sus lagunas, pero eran unas buenas leyes que no han sido mejoradas por las siguientes, más bien una a una, desde la Logse en 1.990, se fueron desvirtuando concluyendo con el declive de este tiempo tan alejado de la Cultura con mayúsculas. Se pretende llegar a la quinta, la Lomce, que no la veo mejor, no está ahí la calidad que se necesita. Sinceramente creo que es una ofensa hacia los profesionales que nos hemos partido el alma por educar de una forma integral, decirnos ahora, cuando estamos todavía en activo o recién jubilados, que lo que hemos hecho no ha servido porque la suya, ésta, es la mejor. Pues no, señor ministro, no, eso no nos lo puede decir a la cara. Pruebe y sabrá de indignación permanente.

Miramos hacia donde no se tiene que mirar. Formen una sociedad en libertad, igualdad y responsabilidad y la escuela se contagiará de ello. La educación ahora no está cuidada, se la recorta, se la diezma, se la segrega, se la subestima, cuando es lo único que va a quedar cuando todo esto termine. Y cuando esto termine, que terminará, no existirá una igualdad educativa, existirá una generación perdida, una élite que dominará al resto que no ha podido formarse porque habrían existido ricos y pobres, con diferente atención y posibilidades. Una pena… pero es la verdad.

La educación no está cuidada. No se cuida la formación de maestros y maestras. No se cuida la formación de los padres que no vienen enseñados y que es donde está el complemento. Y no se cuida la sociedad. Se me ocurre al hilo de esto pensar en aquella maniobra dilatoria que pretende averiguar, para zanjar el tema, qué es antes si el huevo o la gallina. Para mí lo primero es el huevo, el germen que ha conservado todas las culturas. Pero hay que mimarlo, darle calor, dejarle que madure en un sitio libre de ruidos y de cambios de manos. Que repose y aprenda para que un día pueda dejar el cascarón, se expanda y de lugar a gallos y gallinas, que ahí ya sí.

La escuela es frágil. No la asfixiemos, no la destrocemos con tanta presión, dejémosla enseñar en paz y libertad. No hacen falta tantas leyes, enseñar no es tan difícil, sólo requiere de respeto y escucha en un entorno placentero. Y desde ahí, nos llenará con su sonido y su olor de infancia. El de siempre desde que el mundo es mundo.

Aula de un colegio

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