Erich Fromm estudió a fondo las respuestas a la primera pregunta, cuando vivía en Alemania y fuera de ella, después de huir al ser perseguido por los nazis. Lo más destacado quedó reflejado en su obra “El miedo a la Libertad” (1941), así como en posteriores estudios, llegando a observar comportamientos en el pueblo alemán como los que siguen:

1) Falta de resistencia popular, la sociedad se dejaba llevar por los acontecimientos y no se implicó activamente en la política del país.
2) Cansancio y resignación de la sociedad en general ante su impotencia frente a la situación socio laboral..
3) Desmoronamiento de la esperanza popular, las victorias y ventajas sociales iniciales se perdieron a causa de la crisis económica tras el crack del 29.
4) Desconfianza en los líderes politicos y sindicales, que parecían meros peleles.
5) Abandono de las utopías e ideales en pro de un materialismo a ultranza.
6) Miedo al aislamiento social de quienes no estuvieran con la mayoría, sobre todo de esa incipiente mayoría que ejercía métodos vilentos ante la pasividad de la justicia.
7) Abandono de los valores tradicionales. Se fomenta la mezquindad y la avaricia, respecto al dinero y a los sentimientos.
8) Amor al fuerte y odio al débil; falsa creencia de que el pueblo alemán era el heredero de antiguos héroes arios.
9) Falta de espíritu crítico. La opinión había sido anulada por el miedo.

Con respecto a la España actual, es interesante observar ciertas similitudes:

1) La gente cada vez es más pasiva ante la política y la justicia, se resigna, se siente impotente, convencida de que nada de lo que haga valdrá para nada.Aquí nadie dimite, ni le hacen dimitir, por muy corrupto que sea, por ejemplo.

2) La estructura piramidal descendente de los grandes partidos impide que la gente pueda participar activamente en política. Sólo los que pasan por su aro (¿trepas sin escrúpulos?) influyen formando parte del mismo poder.

3) Con la excusa de la crisis, el Gobierno de España, con el beneplácito o pasividad de Gobiernos autonómicos y sindicatos, ha eliminado derechos sociales y laborales que costaron más de cien años de esfuerzos y muchas vidas.

4) La política en España es la profesión peor valorada según los últimos sondeos.

5) Existe un claro abandono de toda esperanza en la eficiencia de la actividad política y sindical, pues a pesar de los recortes ,el paro aumenta y las cotizacioens a la SS disminuyen, mientras unos partidos echan la culpa de la situación a los que estuvieron antes en el poder y éstos, a los que están ahora, sin ponerse de acuerdo para salvar lo poco que nos queda.

6) Salvo raras excepciones, la gente sigue votando con el corazón, con miedo a la novedad (a la libertad que decía Fromm), por lo que los partidos tradicionales siguen con mayoría en un sistema electoral injusto, que ninguno de ellos, por supuesto, desea cambiar para dar paso a otras voces, a otras ideas nuevas, en definitiva, a una más auténtica democracia.

7) Todavía resuenan en nuestros oídos las palabras de antiguos ministros de economía (PSOE, PP) diciendo que España era el país donde más rápidamente se podía uno enriquecer, arriesgando lo menos posible. Y así lo han demostrado ellos y sus amigos (Transporte por carretera, Telefónica, Compañías eléctricas…)

8) En la empresa, el de arriba se descarga con el de abajo hasta llegar al último peldaño; comienza la depredación entre los propios trabajadores ante el miedo a perder el empleo, se ierde la solidaridad con otros colectvos (cómo funcionarios, autónoos, etc.). En la sociedad también comienza a extenderse la idea de que los inmigrantes nos privan de las ventajas sociales que aún podríamos disfrutar (del trabajo no, porque no hay para nadie, si no también)

9) La información se basa en el morbo (Tv. basura y telediarios que cuentan sólo desgracias) y en el menisco de Messi o de Ronaldo (primacía de programas de deportes). ¿Qué se puede esperar de un país cuyo eslogan imperante, en los últimos 25 años, ha sido Carpe Diem, que no ha cultivado su futuro con una Educación manipulada por intereses políticos? Seguramente su autodestrucción.

En la Alemania pre nazi fueron las clases más castigadas por la crisis (bajas y medias) quienes o bien apoyaron, o bien miraron a otro lado, ante la llegada de Hitler al poder. En nuestro país las clases más castigadas por la crisis y por los recortes son las mismas.

Alemania sentía un profundo complejo de inferioridad como nación al haber perdido la I Gran Guerra. En el momento actual España también, al comprobar que no somos una potencia económica, como se nos había hecho creer, ni tenemos prestigio como nación en Europa ni en el mundo.

Además, posturas extremas, como la de ciertos partidos independentistas o las de la mayor parte de gobernantes y jueces, defensores a ultranza de políticos corruptos, justificando lo injustificable o “echando balones fuera”, favorecen sin duda el descontento y con éste, el caldo de cultivo para que aparezcan iluminados “salvadores de la Patria”, que no dudarán en emplear el totalitarismo para obtener sus fines.