El poeta granadino Miguel Ángel Contreras ha publicado su libro titulado «Libro de precisiones» en Bartleby Ediciones, título significativo pues la palabra “precisión” no suele aplicarse a la poesía actual, que parece debatirse en campos de imprecisión, incertidumbre o hermetismo.

La precisión alude aquí al detalle y a la exactitud, a la claridad. Y lo dice muy claro en su poema XIX:

Precisión
es todo lo contrario a
incertidumbre.

 

Tiene el libro dos partes, una, “En el desierto” y otra “Variaciones en la piedra”, con veinte poemas cada una.

“En el desierto” entre otros temas tenemos el destierro, la búsqueda incesante del otro y la otra, la soledad recóndita de nuestro espíritu interior, la comparación de una mujer desnuda y cubierta por millones de partículas de la materia, en donde después cuestiona qué de materia queda ante la ausencia de esta mujer. En ocasiones, ante la soledad de las opiniones contradictorias de los demás, éstos escupen como lenguas ante nuestra memoria. Todo vendría a referirse a la “precisión” de una soledad sentida en el desierto, que bien podría ser una ciudad desierta entre sus habitantes de asfalto y alquitrán.

En cuanto a la segunda parte del libro que titula “Variaciones en la piedra”: el ser humano no debe esconderse en una solitaria estancia, más bien debemos descubrir qué misiones tenemos asignadas en la vida siendo conscientes de ellas, por ello se vuelve a la región de la materia, que es una piedra en la ciudad, lo mismo que un grano de arena en el desierto, todo ello envuelto siempre en la soledad que caracteriza al ser humano. Lo único que mitiga la soledad es la presencia femenina, que ante la inevitable soledad también es devuelta en un sueño mientras duerme el poeta. En “Variaciones en la piedra” el puerto es ahora también el espacio que ocupaba antes el desierto, un puerto donde se han perdido barcos que nunca vuelven. Con el poema “beso cuántico”, el beso cambia de estado la materia.
Por ENCARNACIÓN SÁNCHEZ ARENAS