Si la “utopía” es el camino hacia un ideal deseable, la “distopía” o “cacotopía” (neologismo) es justo lo opuesto, aquella realidad dibujada en un negro horizonte de lo que es necesario huir.

Y España camina desbocada como un corcel sin rienda hacia una estremecedora distopía. Quizá fuimos alguna vez un país prototipo de valores, un país con esplendor, un país modelo a seguir, con sus hechos diferenciales enriquecedores, pero un modelo perdurable en el tiempo…. No sé, no sé. Y es que cada día que amanece veo un país más gris.
Veo un país insignificante cuando los niños que nacen, vienen de padres que no saben educar, que descargan la responsabilidad exclusivamente en el mundo docente, porque ellos, como padres han perdido la autoridad a la que ya se han acostumbrado, mayormente robada por los políticos de turno en esta democracia por la que tanto hemos luchado….
Veo un país vulgar cuando no es capaz de reconocer una bandera de siglos; sólo cuando la selección de fútbol gana un partido. Por supuesto, reconociendo el hecho diferencial de las autonomías.

Un país ramplón cuando sólo exporta el “Típical Spanish”, toros , sevillanas, “Macarena”, y “flamenqueo” del barato y patatero, como seña de identidad .
Veo un país inculto, cuando a las artes escénicas (teatro, danza, música, pintura, escultura) no se les reconoce la potencialidad para educar y cultivar a nuestros jóvenes. Como ejemplo decir que Andalucía a través del Consejero de Cultura Luciano Alonso, ha recortado ostensiblemente a las orquestas que existen, como es el caso de la Orquesta Filarmónica de Málaga (21%) dando preponderancia a la Orquesta Bahremboin ( Israel y Palestina, con algunos españoles) por aquello de la alianza de civilizaciones, en detrimento de la OJA (Orquesta Joven de Andalucía) una Orquesta con un nivel elevadísimo.

Veo un país chabacano, en el que muchos de los que ascienden en una empresa, sea pública o privada son gente oscura, pelotas, sinvergüenzas, pécoras que se arrastran, lameculos indecentes que intentan fastidiar al compañero. Que intentan ascender subiendo escalones humanos. Conocemos algunos de estos ¿no?

Un país insignificante, cuando los jóvenes, van a las universidades sin apenas cultura, porque sus mayores y sus políticos consideran que no se puede atosigar al alumnado en los estudios; donde no se prima el valor de la investigación, la constancia, la paciencia, el tesón y el esfuerzo personal, bajando vergonzosamente los niveles educativos y obligando al profesorado a subir las notas. Es una lástima que llegando a tener unas de las más antiguas universidades europeas (Salamanca , Alcalá de Henares) ocupemos en educación y cultura uno de los últimos países en la tabla de clasificación (de descenso).

Un país es deprimente, cuando constatados los avances en materia de investigación en todos los campos, en distintas universidades y hospitales universitarios carecen de lo más elemental para seguir investigando, teniendo nuestros investigadores que emigrar, perdiendo la patente y la riqueza revertida. Con el agravante de ser pioneros en muchos campos de la ciencia. Y no me quiero repetir con los planes de educación, sanidad, servicios sociales, Eres y más Eres, beneficiando siempre al gran empresario, al gran capital.
¿Dónde está en todo esto la Marca España?

Un país es una aberración cuando los políticos, elegidos por todos nosotros, se sientan a la “derecha del Altísimo” para juzgar y manipular a quienes depositamos la confianza en ellos, con toda case de ultrajes al pueblo, económicos y morales, con todas clases de corrupciones. Manteniendo sus jugosos sueldos, dietas . Mientras recortan el sueldo a funcionarios, a muchísimos, cuya nómina a veces no llega a 1000 Euros y se despiden a trabajadores, como recientemente se ha dado no en sólo la RTVA, también TV. Madrid por poner algunos ejemplos.
Recortes sí, pero no en mi casa.

Veo un país inculto, cuando ningún Presidente de Gobierno sabe hablar un mínimo de inglés. Pero eso sí, algunos hablan catalán en la intimidad. …
Yo temía la italianización de la política en España. Hoy los niveles de corrupción han superado los de Italia, aunque todavía gracias a Dios, queda mucha gente honesta. Esta es la suerte que tenemos, que muchos españolitos de a pié y algunos de a caballo (pocos), siguen creyendo y practicando la decencia.

Un país en que muchos de los medios de comunicación están vendidos al mejor postor, a la voz de su amo, pensando corruptamente: “Son de los nuestros”. Eso dijo un presidente norteamericano cuando su asesor en política exterior le dijo: Señor presidente, este presidente bananero del que Vd. habla es un hijo de puta…. Y dijo el presidente: Sí, pero es nuestro hijo de puta. Luego como corolario puede decirse, que nuestros “amigos hijos de puta” no son culpables de nada. Los demás sí.

Veo con amargura la distopía de un país en el que IKEA, da de comer y de cenar por un Euro y que los desayunos y las meriendas cuestan cincuenta céntimos, convirtiéndose ésta empresa en una ONG como Cruz Roja, Banco de Alimentos, Caritas. Aunque con el caso de IKEA, el que la lleva la entiende.

Veo un país dentro de un túnel indecente y oscuro, cuando las víctimas del terrorismo tienen dos clases de seguidores. Unos de derecha y otros de izquierda. Parece ser que la ideología política vergonzosamente está por encima de la justicia y la dignidad de las personas asesinadas. Cuando el delincuente tiene todos sus derechos y la gente decente ninguno.

Veo cuando me levanto, un país con un grave problema de representación, de credibilidad en la más alta instancia del Estado, una monarquía que se resquebraja aún a pesar de estar por encima de la Constitución. Majestad, con la confianza no se come (como pidió al pueblo español el 24 de Diciembre, que tuviese confianza).

Veo un país en que la envidia y la maledicencia se han convertido en el “deporte nacional” en el que aceptamos la mediocridad como algo inevitable.

En fin, veo un país que no es en el que yo soñaba. Quizá esta mañana, acaso me haya levantado un poco “depre”. No sé, no sé.

Pero aún a pesar de todo les deseo un Feliz y Corrupto Año Nuevo.