La tan traída y llevada crisis ha cambiado nuestra vida, de eso no hay duda. Pero sobre todo creo que lo que ha cambiado es la percepción que tenemos de donde estábamos y donde estamos cada uno de nosotros. Bueno todos no, hay un pequeño reducto de la sociedad a la que la crisis le está saliendo a cuenta. ¿Recuerdan al broker inglés que cada noche soñaba con que de nuevo hubiese una nueva recesión para conseguir mayores beneficios?, me viene a la memoria el revuelo que la entrevista a este broker provocó, aunque creo que viéndolo con perspectiva lo único que hizo fue decir en un medio de comunicación lo que todos sospechábamos, que esta recesión mundial a unos les estaba provocando la bancarrota y a otros les estaba llenando los bolsillos.

Cuando se dejó caer al banco de inversiones Lehman Brothers muchos pequeños inversionistas vieron desaparecer sus ahorros, pocos meses después en una charla con un profesor de economía de la Universidad de Sevilla, comentábamos como precisamente esta crisis había sido la constatación clara de la necesaria existencia de los Estados, así como de las medidas de control y supervisión a las entidades y mercados financieros. Por fin quedaba claro que el “laissez faire laissez passer”  del neocapitalismo liberal norteamericano había fracasado. El gobierno federal tuvo que intervenir para que todo el sistema financiero de Estados Unidos no se viniese abajo. Esto es, tuvo que pagar con dinero público, de los impuestos de todos, para que no se desmontase completamente el “chiringuito”. Por cierto, que una parte muy importante de ese dinero fue a parar a los bolsillos de los altos ejecutivos que con sus gestiones creativas consiguieron descapitalizar los bancos para los que trabajaban.

Resulta irónico que tres años después lo que está en cuestión no es el sistema económico capitalista sino la existencia y la necesidad de los servicios públicos de todo tipo, la legitimidad o no del nivel de vida alcanzado por la clase media de este país y  la llamada “clase política”. Curiosamente, en estos tres años, han conseguido darle la vuelta al origen de la situación en la que nos encontramos, haciéndonos responsables de la misma a los ciudadanos y por eso, claro, nos toca a nosotros apechugar y tirar para adelante sin quejarnos y tragando todo lo tragable y grandes dosis de lo intragable.

Ahora que se acerca el 21 de diciembre de 2012 podemos ver que no sólo vamos a ser testigos del fin del ciclo de los Mayas, sino que también estamos asistiendo en primera fila a lo que podríamos llamar el “RAJOYGEDON” por el nivel de destrucción que está acarreando a la realidad de la clase media y de las clases populares de este país. Por la vuelta atrás que todos percibimos, ya es normal escuchar en una conversación “hemos vuelto a los años setenta”. Si les parece bien les propongo un juego a través de sus comentarios, ¿serían capaces de encontrar un servicio público que no se vea afectado por los recortes o las privatizaciones? UN, DOS, TRES, RESPONDA OTRA VEZ …

Lehman Brothers - Foto: Adrian Salgado (Licencia CC)

Lehman Brothers – Foto: Adrian Salgado (Licencia CC)