Parece increíble, pero ya está acabando el año y viene a nuestro recuerdo aquello que cantaban los payasos de la tele “Llega la Navidad con sabor a mazapán, …”. Pero además del mazapán, hace ya un par de semanas que empezaron a llegar a casa los catálogos de juguetes. En ellos nuestros niños puedan ver todos, todos, todos, los juguetes que, si han sido buenos, les pedirán a los Reyes Magos, o a Papá Noel, y estos por arte de magia se los traerán.

Hasta ahí es como todos los años, bueno no, este año tengo la impresión de que los niños también saben que a los Reyes hay que pedirles cosas con moderación. ¡Vaya me estoy despistando!. Como decía, se han empezado a recibir los catálogos o incluso vamos a buscarlos a las jugueterías y a los centros comerciales. Y me resulta imposible mirarlos sin perspectiva de género, ¡Madre mía!, hasta aquellas jugueterías que aportan una filosofía diferente a los juguetes infantiles han elaborado un catálogo que no hay por donde cogerlo.

Los juguetes que se regalan no deberían ser violentos, ni sexistas, pero es que no entiendo como puede no ser sexista una cocinita azul en la aparece un niño vestido Chef, mientras que la cocinita en la que está la niña, es rosa y doméstica. La lectura es inevitable, el niño juega a ser un gran cocinero, mientras que la niña se ocupa de la comida de su familia. También hay una estupenda tienda para jugar a en una consulta médica aunque, como no puede ser de otra manera, el doctor es el niño, asistido por una niña disfrazada de enfermera. Los regalos tecnológicos tienen colores predominantemente rojos, azules y verdes, relacionados con lo masculino y, si acaso aparece un juguete con tonos rositas es invariablemente para las niñas. Los niños pueden jugar con vehículos de todo tipo, herramientas, trenecitos, granjas … Sin embargo, las niñas tienen casitas, muñecas, disfraces de princesitas, sets de maquillaje …  y, si hay juguetes tecnológicos, las niñas en un segundo plano miran como los utilizan los niños.

Así pues, ¿Dónde está la igual real?, ¿Dónde la educación en valores? O mejor dicho ¿En qué valores estamos educando a nuestra infancia? Porque la ausencia de valores es un falacia y no existe. Por ello, pienso que estos catálogos, tan cuidadosamente planificados, con la intervención de expertos en marketing, reproducen a nivel infantil los mismos roles de género que, tristemente, nos encontramos cuando ponemos la televisión y nos asalta la publicidad.

Si queremos que esta sociedad cambie y que nuestros hijos vivan en una sociedad más igualitaria, más tolerante, más solidaria, tenemos que empezar por dejar de reproducir y venderles a los más pequeños el consumismo y los roles de género. El primero, como forma de llegar a la felicidad y de ser aceptado y los segundos, como la situación natural de estar en el mundo los hombres y las mujeres cada uno con sus diferencias, ellos jugando con los coches, con la tecnología, ellas con las muñecas, con los juegos de maquillaje.

Llega la navidad y los catálogos de juguetes deberían de estar elaborados teniendo en cuenta la perspectiva de género, quizás de esta forma no serían necesarios días como el 25 de noviembre, o Leyes como la de lucha contra la violencia de género. Nuestra infancia es nuestro futuro y de poco servirá el trabajo en el colegio o en las familias si en los medios de comunicación y en los materiales que se destinan a ellos se siguen reproduciendo los estereotipos propios de una sociedad machista que en noviembre de 2012 siguen estando presentes y bien presentes.

Pasaje del Comercio ya engalanado para la Navidad – Foto: Jordi Casasempere