Desde la distancia, más lejos de Bilbao o de Santiago que de Tánger, alguien podría caer en la tentación de considerar que los resultados de las elecciones vascas y gallegas (las catalanas también cuando lleguen) no nos afectan o no nos interesan para nada a los andaluces, en general, y a los linarenses, en particular. Craso error. Los resultados electorales del 21 de octubre, a mi juicio, vaya que sí van a ser trascendentes para todos nosotros.
A pesar de la pérdida de votos, el PP en Galicia gana más diputados autonómicos (ya se sabe como funciona nuestro sistema electoral), lo que puede parecer que le dará alas al gobierno de Madrid para seguir con su política de recortes socio-económicos, llevada a cabo por orden de Europa y gracias a una enorme falta de criterio y de soberanía y, lo peor de todo, consiguiendo el objetivo, de no sé que poderes e intereses, de hacer desaparecer la Clase Media de este país, la que sustentaba los impuestos y los subsidios (desempleo, educación, sanidad, dependencia, etc.) y, por ende, a incrementar las diferencias económicas y culturales entre clases sociales (hecho que se puede volver con el tiempo contra el propio PP)
El hundimiento del PSOE, tanto en Galicia como en País Vasco, resultado de dos factores decisivos, de una parte la nefasta política autonómica llevada a cabo por el gobierno Zapatero y, de otra, el Harakiri político de Pachi López con el “quiero y no puedo” ser español, lleva al país al problema de no contar con un partido, de amplia mayoría, cohesionado, coherente y sin localismos, en la oposición. Esto, debería obligar, tarde o temprano, a una auténtica regeneración de la izquierda socialdemócrata. Ya veremos qué intereses sobresalen en dicho partido.
El aumento del nacionalismo extremista, tanto en Euskadi, como en Galicia, no lo olvidemos, es pues resultado de las dos acciones reseñadas. Primero de la mala política de los Gobiernos de Zapatero y de López, abriendo el camino incierto de la independencia y, por supuesto, la radicalización de la derecha, que con sus hechos ya no es centro-derecha, que al verse con tan amplia mayoría parlamentaria, como la actual, se ha creído con un cheque en blanco para hacer lo que quiera.
Cuando un gobierno se dedica a defender valores trasnochados, a estrechar la economía y no generar empleo a cambio, hace crecer a una oposición radical (PP versus BILDU) y, cuando un gobierno alimenta posturas extremas (contrarias a sus orígenes y principios) con su beneplácito, aquéllas también se incrementan y, el hecho, acaba pasando factura al partido que sustenta dicho gobierno (PSOE versus BILDU)
No obstante, considero que Galicia es a la derecha como Andalucía a la izquierda, es decir, en realidad el PP no debería vender el éxito gallego como un logro de la política de Rajoy ni lanzar las campanas al vuelo, creyendo que el pueblo gallego apoya incondicionalmente las medidas socio económicas de Madrid (eso lo sabe Feijó, y así lo ha expresado tras conocer los resultados electorales, su prioridad serán los parados)
En cuanto a Euskadi, ha llegado el momento y comprobar si de verdad PNV, y BULDI ahora, quieren la independencia o sólo es una manera más de presionar al gobierno central para obtener prebendas del mismo (como han hecho desde tiempos de Sabino Arana y en cuya “trampa” cayó hasta el mismísimo Franco) como, me temo, ocurre en Cataluña. El tiempo lo dirá; pero sin han de independizarse, que sea lo antes posible, que nos de tiempo de organizarnos a los demás.
¿Todavía cree que no nos afectan las elecciones del 21 de octubre?