La enseñanza pública ha sufrido un peligroso torpedeamiento en su línea de flotación. Mucho ha costado en España llegar a un sistema de enseñanza universal y gratuito (dependiendo en qué cuestiones) para llegar a un punto de inflexión en el que posiblemente no exista retorno gracias a los canallas especuladores que nos han arruinado la vida, cuya única patria y religión es el podrido dinero y a los gobiernos que le bailan el agua a estos malnacidos.
Ahora comienza un nuevo curso escolar en el que se atisban densos nubarrones en el horizonte de una enseñanza pública sembrada de inseguridades e injusticia. El profesorado que aun tiene la suerte de seguir trabajando (porque visto el paño es una auténtica suerte) va a ver su carga lectiva aumentada al menos en dos horas, en detrimento de otros compañeros, trayendo como consecuencia el paro más miserable para miles y miles de docentes que la Administración Educativa ha puesto de patitas en la calle (5.000 en Andalucía). Ha aumentado la ratio por clase (de los teóricamente 25 alumnos por clase pasaran en muchos casos a casi cuarenta) en detrimento de la enseñanza personalizada. Se han congelado las oposiciones para primaria y secundaria, opositores con un 10 en la oposición y sin plaza; se están reduciendo las especialidades en la FP que nuca debieron extiguir; profesores de universidad con más de veinte años de docencia echados como perros a la puñetera calle.
Luego, la gratuidad de los libros aniquilada en una parte importante, aunque algunas autonomías como la andaluza sigue con tal gratuidad; reducción drástica del nº de becas y de su cuantía económica, aumento hasta el 21% del IVA en el material escolar y así un rosario de despropósitos. La Junta Extremeña ha bajado el IVA para el material escolar a un 13% (del mismo color que el partido del gobierno). Con el aumento del precio de las matrículas universitarias vamos a una situación de hace cuarenta y pico de años en que en España, sólo estudiaban en la universidad los hijos de familias con una economía más saneada, desterrando a los jóvenes de familias humildes sólo al mercado laboral con trabajos no cualificados, para llegar a una sociedad como la de antaño, en la que los más fuertes vivían del trabajo de los más débiles. Y es que me da a mí que con los hechos consumados que vemos a diario, acaso nos estén inoculando subliminalmente la exaltación de la ignorancia. No pienses ni decidas, que ya lo hago yo por ti. No estudies, no reflexiones, que no vale para nada, porque el mundo no se puede cambiar. ¿No ves acaso la cantidad de universitarios en paro? No te machaques durante cinco años, ¿pues para qué sirve?…
El “sistema” va por otro lado y es consciente de que la ignorancia de los pueblos hace perdurable el abuso de los poderosos sine die. De esta ignorancia se abastecen los corruptos y los tiranos. Decía Sócrates: “Sólo un bien, el conocimiento. Sólo un mal, la ignorancia”. Al sistema capitalista neoliberal le interesa la ignorancia de los pueblos para así hacerlos más manipulables, porque si no piensas y no cuestionas no eres enemigo para esta gentuza.
Resulta curioso comprobar cómo el proyecto de la II República, hace ochenta años, consistió en elevar a los súbditos a la categoría de ciudadanos. El maestro en el S XIX y comienzos del XX se constituyó en el alma de la escuela y en ello tuvo mucho que ver Francisco Giner de los Ríos y la Institución Libre de Enseñanza. Interesante fue la Ley Moyano de 1.857 y sobre todo el Informe Quintana en 1.814 que defendía que la instrucción debía ser igual, universal y libre y pública. Pero por desgracia meses después de la promulgación de este Informe, con el alzamiento del general Elio, fue abolida la República y la instrucción volvió a manos de la Iglesia.
No sé en qué manos recaerá hoy la educación, pero lo que parece meridianamente claro es que este gobierno con sus impopulares medidas está haciendo mucho por cargársela, no sé si consciente o inconscientemente. La educación junto con la cultura han sido en el vasto sentido de la palabra, la cenicienta en todos los gobiernos que ha habido en España, antes y después de la II República. Se ha ensayado con ella abusivamente; lo que era bueno para un gobierno, no lo era para el que venía después y así sucesivamente.
Jugar con la educación es peligroso, pues te pueden salir tanto ignorantes conformistas como fastidiosos revolucionarios (para el sistema) que van a por todas.

Colegio – Foto: Bill & Vicki Tracey (Licencia CC)