El sociólogo, filósofo y ensayista polaco, Premio Príncipe de Asturias de 2.010 de Comunicación y Humanidades, Zigmunt Bauman, nos habla de la “modernidad líquida”.
La modernidad líquida, es un concepto sobre el cambio y liberación de los mercados. Esta metáfora de la “liquidez”, marca profundamente el carácter transitorio y efímero de las relaciones, en una sociedad privatizada e individualista.
Hoy afrontamos los vientos de una “sociedad líquida”, siempre cambiante, incierta e imprevisible.
Ello se manifiesta sobre todo en la decadencia del “Estado del bienestar”, que se alcanzó mediante la lucha durante la Ilustración (finales S.XVII hasta la Revolución francesa) para conseguir libertades civiles y “elementos sólidos” para el futuro.
Hoy nos encontramos con esta libertad, en la que asumimos los miedos y las angustias existenciales que ésta comporta. Hemos llegado a una “cultura de la flexibilidad laboral” que arruina la previsión de un futuro estable, sólido, como tuvimos en los años 70 del pasado siglo.
Ahora no se pueden hacer proyectos sólidos de futuro, ya que vivimos inmersos en la incertidumbre de la duración de un trabajo, la duda de si podremos seguir pagando la hipoteca…
Ya hace cuatro años, negando Zapatero la crisis por activa y por pasiva, se atisbaba el fracaso del neoliberalismo económico desde la óptica de la justicia social, y la democracia , pero paradójicamente, este neoliberalismo iba” in crescendo” desde el punto de vista cultural, ideológico y político, fortaleciéndose y progresando con la actual crisis, llegando a un punto de retorno prácticamente imposible.
No estamos ante una situación caótica cualquiera, porque esta crisis es el resultado de actuaciones negativas en lo económico, muy profundas de grandes defectos. Entones, hace cuatro años, la gota que colmó el vaso, fue la quiebra de Lehman Brothers, el cuarto banco por su volumen de activos de Wall Street.
Nunca los gobiernos, han entrado en las razones estructurales de la crisis (no interesa) aunque sobradamente se saben. Hasta la encíclica “Cáritas in Veritate” de Benedicto XVI alude a la crisis, pero elude entrar en sus razones estructurales… o sea, como todos.
No basta con denunciar la pobreza, sino que hay que denunciar las causas que la originan. Si no, no valen para las simples denuncias.
Esta crisis, ha sido reconocida por los mismísimos dirigentes conservadores. Sarkozy hablaba entonces de “refundar el capitalismo” a “moralizarlo”, a instalar un “nuevo orden”…
Expresiones más lógicas de un dirigente de izquierdas, que de líderes con una opción moderada o de derechas. Y estas personas no se caracterizan precisamente por su rechazo al capitalismo.
Pero no fue sólo Sarkozy, sino que los líderes del G-20, tanto en Washington(2.008) como en Londres(2.009) se expresaron de idéntica manera, con el compromiso de trabajar por la confianza en el crecimiento económico, el empleo y la regularización ética de los mercados y los sistemas financieros. Aquellas palabras se las llevó el viento, pues tres años después de ese “compromiso inquebrantable” de los líderes mundiales, todo sigue igual o peor. El sistema financiero sigue igual de desregulado permitiendo y potenciando burbujas especulativas alimentadas por los bancos, que de otro lado, niegan la financiación a las Pymes y consumidores.
España se está vendiendo a trozos a estos especuladores financieros y parece ser que el Estado antes y ahora, no se entera o no se quiere enterar. Viene a mi memoria la película “Pretty Woman” en la que el guapo de Richard Gere, compra empresas “ahorcadas” para trocearlas y venderlas por partes, forrándose por la cara. Todo ello endulzado por el amor a una prostituta.
La OIT, (Organización Mundial del Trabajo), registró en el año 2.011 una bolsa de paro de 205 millones de personas. Esto se debe a que los estados no han conseguido préstamos de la gran banca, para que aparezca de nuevo el crédito para la creación de empleo, favoreciendo la anteriormente reseñada “burbuja especulativa”.
Uno de pueblo, resolvería esto mejor. Veamos:
Si un Estado(A), presta dinero a un Banco(B) y éste presta a su vez a un especulador(C), y el banco niega a un Empresario (D) cualquier tipo de financiación…. ¿No sería mejor que el Estado financiara al Empresario directamente y así se quitaba de en medio a dos parásitos como la Banca y el Especulador? No sé, no sé. A lo mejor digo una estupidez.
Ha aumentado significativamente el número de personas con grandes fortunas. Ya en 2010 sólo el 0’l6 % de la población mundial, tenía en sus manos el 66% de los ingresos mundiales anuales. Hasta el Fondo Monetario Internacional, reconoce que las medidas que se están tomando crean una mayor bolsa de pobreza en el mundo. Es decir, que las medidas que se emplean para salir de la crisis lo único que se están consiguiendo es enriquecer más a los propietarios de los grandes capitales y a las clases sociales más ricas. El ejemplo más palpable es el favorable trato fiscal a las grandes fortunas.
Estas medidas, no han conseguido mejorar el empleo ni aumentar la actividad empresarial, pero paradójicamente, sí aumentar las diferencias entre lo que ganan los trabajadores y las ganancias de bancos grandes monopolios empresariales.
Hay una fábula que cuenta esto:
Un grupo de investigadores, metieron una rana en un recipiente con agua, que lentamente fueron calentando. La rana estaba muy a gusto al principio con la calidez del agua que fue tomando más y más temperatura, hasta que murió achicharrada. Si hubiesen metido la rana de golpe con el recipiente tan caliente, ésta de un salto se hubiese salido del mismo, salvando así su vida.
Esto es sencillamente un ejemplo muy gráfico del concepto de “modernidad líquida”. Poco a poco, lentamente, nos dan otra vuelta de tuerca en forma de recortes sociales (hablo de todos los políticos) y apenas nos damos cuenta, hasta que a base de apretar, la rosca del tornillo se pasa; entonces ya no hay salida posible, no es posible sacar la tuerca.
Ya nuestra juventud, no puede hacer planes para un futuro por la inseguridad de lo que pueda pasar.
Para salir de ésta es necesario exigir a los financieros lo que se exige a la ciudadanía. No pueden ser las agencias de calificación las que gobiernen los países, porque cada día hay más riqueza funcionando en torno a operaciones financieras ficticias, falsas; es necesario poner fin al terrorismo financiero que está situando al planeta Tierra al borde del abismo.
Actualmente hay más de cuatro “billones” de dólares diarios en el mercado de divisas, (según el Banco Internacional de Pagos) que no aportan riqueza material alguna, sino que sólo engordan las cuentas de los especuladores financieros.
En fin, que como suelo decir en algunas ocasiones: “Entre todos matamos la gallina de los huevos de oro” Difícil lo tenemos. Aunque unos infinitamente más que otros.

Fuentes:
Adolfo Vásquez Roca: Zygmun Bauman, “ Modernidad líquida y fragilidad humana”. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Universidad Complutense de Madrid.
Vicens Navarro, Juan Torres y Alberto Garzón. Profesores de Economía. Universidades de Barcelona y Sevilla. Publicaciones en Iglesia Viva. Revista de pensamiento cristiano nº 248.
Cristianismo y Justicia. Fundación LLuis Espinal. Barcelona.
Obras distintas de Noam Chomsky. Lingüista y filósofo estadounidense.

Familia pide ayuda en una calle de Grecia – Oli Scarff/Getty Images