La Habana es una urbe de más de dos millones de habitantes, capital de la oficialmente denominada República de Cuba. Sus calles son un hervidero de personas anónimas, artistas, poetas, santeros, funcionarios, turistas, etc. Como gran ciudad con una rica historia, cuenta con múltiples centros de interés pero, esta vez, nos vamos a centrar en uno de los espacios más identificativos de la capital cubana: El Malecón.
Se trata sin duda de uno de esos sitios que hay que visitar si viajamos a La Habana. Es un kilométrico paseo marítimo que delimita por el norte La Habana más clásica, sirviendo de excepcional mirador al estrecho de Florida. Junto al mar, la arquitectura es otra gran protagonista de El Malecón, durante kilómetros de paseo las vetustas fachadas embellecen el paisaje urbano.
Es uno de los espacios de esparcimiento preferidos para los habaneros y habaneras. De día, cuando aprieta el sol, la rocosa costa se llena de bañistas buscando refresco. Cuando cae el sol y la temperatura da una tregua, el inerte paseo de hormigón cobra vida; las parejas se sientan a charlar, los niños juegan, hay quien toca la guitarra, los turistas pasean… Ya de noche se juntan las grandes pandillas, nacen los discursos y el diálogo, algunos hablan de béisbol, unos de marchar más allá de ese estrecho que tienen al alcance, otros opinan de la salud de Fidel, del último boletín de Radio Reloj… en definitiva un paseo por El Malecón es un paseo por la Cuba más auténtica.