El próximo 29 de enero se cumplen 79 años desde que los representantes políticos, económicos y sociales de Almería, Granada y Jaén reivindicaron la Mancomunidad Regional de Andalucía Oriental ante las fuerzas vivas del resto de Andalucía presentes en la Asamblea de Córdoba de 1933. Desde la Plataforma por Andalucía Oriental queremos recordar una efeméride que ilustra gran parte de la situación social, política y económica que vive la provincia de Jaén en estos tiempos, y para que esta fecha llegue a más gente aportamos nuestro grano de arena con artículos, notas de prensa, participación en redes sociales, etc.

Gracias a los periódicos de la época, hoy conocemos que la Asamblea de Córdoba constituyó el primer intento de aprobar las bases de un Estatuto de Autonomía redactado unilateralmente por miembros de la Diputación de Sevilla, con el objetivo de conseguir una anexión sin precedentes de todas las provincias andaluzas.

En febrero de 1924 la Diputación de Granada aprobó el Proyecto de Estatuto de Autonomía para Andalucía Oriental, Mancomunidad que iban a integrar Almería, Granada, Jaén y Málaga y que constituiría el gobierno de esta Región española. Unos años después la Diputación de Sevilla, con la colaboración de Blas Infante, trató de constituir otra Mancomunidad, con su estatuto, para las ocho provincias. A tal efecto, y tras constatar el escaso ambiente regionalista andaluz, la asamblea tuvo lugar del 29 al 31 de enero de 1933.

Un testimonio que anticipó lo que décadas más tarde sería la autonomía andaluza es el del concejal señor Morenilla quien, en sesión del Ayuntamiento de Granada el 27 de enero de 1933, afirmó que “no interesa la pretendida mancomunidad andaluza, cuya iniciativa parece haber surgido en Sevilla con el ánimo de sanear la economía de aquella población destrozada con la Exposición (de 1929), y cuyas consecuencias pretenden extenderlas hacia nosotros”.

La Diputación de Jaén, a propuesta sevillana, realizó en junio de 1931 una campaña de propaganda andalucista que evidenció la indiferencia y hostilidad jienenses a la autonomía andaluza. En abril de 1932 a la Asamblea Provincial para el estatuto andaluz faltaron todos los alcaldes, y los escasos asistentes no se pusieron de acuerdo. La Sociedad Económica de Amigos del País manifestó que con ese estatuto “se pone de relieve el desconocimiento de la realidad étnica, geográfica y económica”, añadiendo que “el estatuto no tiende hacia la descentralización sino a la centralización (en Sevilla)”, postura compartida con el Ayuntamiento y la Cámara de Comercio jienenses. En enero de 1933 el periódico Democracia recogió opiniones en contra de la región de ocho provincias y de Sevilla como capital. La opción oriental se consideró “la más conveniente a nuestros intereses”. La mayoría de los municipios jienenses eran contrarios al estatuto de Blas Infante. El Ayuntamiento de Jaén alegó ausencia de espíritu andaluz, falta de conciencia autonómica y falta de convencimiento para una mancomunidad andaluza.

El 29 de enero, durante la Asamblea, Huelva quedaba fuera de la occidental uniéndose a Extremadura como manifestaron órganos onubenses. El granadino Carlos Morenilla calificó de ilegal la convocatoria de la Asamblea, pues las Comisiones Gestoras “no tienen autoridad para ello en cuanto no son de elección. Por la Agrupación Socialista granadina el señor Carreño dijo: “Sometido el asunto que se debate a la Agrupación Socialista, ésta se ha pronunciado unánimemente contraria al estatuto (…) no hay problema autonómico, y caso de que se estimara lo hay, entonces hemos de tender a que haya una región, Andalucía Oriental, con la capitalidad en Granada, pues así es de justicia y nos pertenece en derecho”. El representante jienense de la Económica dijo “Ahora no existe esa conciencia que es necesaria para determinar cómo ha de ser la estructura de la Andalucía autónoma, si una región, o dos, o doce”. Y añadió “Jaén no se siente andaluza”. Los demás representantes jienenses le apoyaron. El concejal granadino Carlos Morenilla presentó una propuesta para dar por terminada la asamblea y decidir después entre autonomía única, doble o simples mancomunidades para obras y servicios, propuesta rechazada por varios representantes sevillanos entre ellos Blas Infante quién habló de “residenciar a las provincias disidentes”. En la votación de aplazamiento de la asamblea participaron asistentes sin representación legal. Además la Mesa impuso votar por puesta en pie cuando la mayoría de los asistentes eran gaditanos, sevillanos y cordobeses. Esas condiciones junto al resultado, que rechazaba el aplazamiento del estatuto andaluz, motivó que la mayoría de los delegados de Jaén, Granada, Almería, Málaga y Huelva abandonasen la asamblea.

En junio de 1936 el Ayuntamiento de Granada en pleno municipal acordó mantener la necesidad de las dos entidades regionales y los derechos de Granada a la capitalidad de Andalucía Oriental. Quienes reivindicaron la Mancomunidad Regional de Andalucía Oriental fueron víctimas de la Guerra Civil y la dictadura, pero el espíritu regionalista de Andalucía Oriental continuó y se mantiene vivo.