Harto complejo hablar de este tema. Yo desde luego, no voy a llevar flores a la tumba de Gadafi, ni a la de Hugo Chávez y desde luego que no, a la del “camarada” Fidel y su gerontocracia cubana. Llamar a Muammar El Gadafi, líder excéntrico y pragmático, dictador etc.., sería empequeñecer al personaje en su malévola dimensión. Ejerció su dureza criminal y política, durante más de 40 años, en los que pasó de financiar el terrorismo, a ser amigo de Occidente. No obstante, el nivel educativo y la esperanza de vida, han sido de los más altos del mundo, y desde luego el más alto de África. El petróleo de excelente calidad, permitió a Gadafi, un sistema de Servicios Sociales gratuitos. El perfil del este dictador fue contradictorio y poliédrico, al estilo del autoritario Fernando VII, con su “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. Intentó fusionar a Libia, con Egipto, Siria, Túnez y Sudán; invadió el Chad y respaldó en África a los tres sátrapas más sangrientos del continente: Bokassa, Idi Amín y Mobutu. Fue invitado por Obama en 2.008 a la cumbre del G-8 cuyos saludos entre ambos, dieron la vuelta al mundo. Gadafi llegó a decir: “Venceremos al nuevo nazismo”. ¿A quién o quienes se refería? Creo que todos tenemos una imagen más o menos ajustada de lo que es hoy en los albores del S. XXI ese nuevo nazismo. La Cordillera del Atlas, ha sido en este último tiempo un auténtico volcán, con el peligro múltiple de los dictadores caídos en Túnez, Egipto y ahora Libia. ¿Cuánto durará en el poder el sirio Bashar Al Assad cuyos crímenes son iguales o superiores a los citados anteriormente? Los demócratas, y me refiero a los pueblos demócratas, no soportan ninguna dictadura, tengan, el signo que tengan. Y aquí en Occidente, que somos tan demócratas, se dan dictaduras económicas encubiertas, cuyos medios de comunicación principales se venden al poder establecido, porque son sufragados por el mismo, produciendo en la ciudadanía una pobreza, desinformación y una desculturización, cada vez más alarmantes. Una sociedad, zafia, simple, ramplona, donde la comunicación personal y la empatía raya mínimos históricos, aunque tengamos todos los medios comunicativos a nuestro alcance. Una sociedad Occidental regida por unos gobiernos sometidos, cuando no se convierten en sicarios del gran orden internacional, el neocapitalismo liberal, regido por el gigante americano, Inglaterra, Francia, Alemania que financian económicamente y venden armas de todo tipo de calado, a sátrapas iluminados, para después cargárselos cuando se han vuelto demasiado incómodos, sobre todo si tienen petróleo y otro tipo de recursos energéticos. Recuérdese.  Son las dos caras de una misma moneda; por una,  la aparente decencia democrática y por la otra la avaricia de poseer y ser líderes del mundo, a costa de diamantes con sangre, petróleo, gas o coltán. ¿Será éste el nuevo tipo de nazismo al que se refería el impresentable Gadafi? , ¿Eran Obama, Sarkozy, Berlusconi, Zapatero, Merckel, los nuevos amigos del “coronel”?. Falacias, falsedades. El asesinato de Gadafi, ha sido incalificable y atroz, como lo fue el de Sadam Husseín. A la ciudadanía honrada, nos hubiese gustado verlos juzgados y condenados por el tribunal Internacional de la Haya, al estilo de los nazis alemanes. No tenemos suficiente moralidad en Occidente para juzgar y condenar a los países que no les bailan el agua. Quien esté libre de culpa… Pero se nos presenta un panorama peliagudo con el avance del islamismo en el Magreb. Quizá a la vuelta de unos años, nos veamos involucrados en una nueva guerra en el Norte de África donde las milicias rebeldes de estos países islámicos ya radicalizados, se armen hasta los dientes, con las armas que entre todos les hemos vendido, incluida España… y vuelta a empezar. La  periodista italiana Oriana Fallaci , en uno de sus estremecedores libros, comentaba que un presidente del Norte de África dijo una vez : “Conquistaremos Europa con el vientre de nuestras mujeres”. No soy racista. Soy hermano, pero no primo. Tenemos adoptado a un niño Saharaui, que lleva cuatro años con nosotros, y nuestra aspiración, es darle unos estudios y una educación, como al resto de nuestros hijos biológicos. No es ningún mérito, somos consecuentes con las ideas que tenemos en mi casa sobre la solidaridad. Además este niño, está recibiendo la educación que  creemos más apropiada. No somos racistas, somos tolerantes, pero el avance del islamismo integrista y radical debería preocuparnos a todos mucho más. Véase el resultado electoral en Túnez. Como ven, en este artículo hay para repartir a todos. Democracia sí, pero real y participativa, como propugna el  15-M.

Preparativos antes del rezo - Estambul (Turquía) año 2007 - Foto: Jordi Flores Casasempere