Emilio Gijón Crespo ha sido una de las personas más insignes y más queridas en el campo de la comunicación de nuestra ciudad. Durante casi cuarenta años acompañó a varias generaciones de linarenses con su voz, a través de las ondas de la AEJ-37, Emisora Radio Linares (hoy cadena SER). Emilio nació en 1932 y siendo muy joven desempeñó diversas ocupaciones para el Ayuntamiento y como contable en la panadería “Blesa”. A los doce años, cuando la radio tenía su sede en la calle Peral, entró a trabajar en la misma como “chico de los recados”. De la mano de D. Federico Algarra, propietario de la emisora, hermana de otra de similares características en Córdoba, tuvo la oportunidad de participar en un programa infantil “Radio Chupete”, representando el papel de “Pocholo”, sobrenombre con el que muchos de sus amigos le seguirían llamando. Más adelante, Emilio pasaría a dirigir dicho programa. Pronto llevó con gran éxito la sección “Discos dedicados” junto a la locutora Antoñita Sánchez. Nos dice Angelita, su esposa, que tenía mucho éxito que “era el hombre más guapo de Linares y el mejor locutor, que todas las telefonistas se volvían locas por él nada más oír su voz”. También comenzó una prolífica participación en los anuncios publicitarios de los por entonces más destacados comercios de la ciudad; sus hijas me comentan que algunos de sus eslogan han sido recogidos en la obra “El Florido Pencil” y que se emocionaron cuando vieron la película, comprobando que el nombre de su padre aparecía en los créditos. Su voz llenó programas legendarios de la época, que los más mayores recordarán, como “Linares por un trono”, “Retablo Flamenco” o “Navidad en todos los hogares”, dedicado a recaudar fondos para los más desfavorecidos de la ciudad. Como presentador, destaca su labor en la gala benéfica “Alegría en el Asilo”, en la que participaban desinteresadamente artistas de corte nacional en el Teatro Olympia, o las galas de la Piscina Benidorm, en Feria, que muchos recordamos con nostálgica alegría, donde presentó a artistas de la talla de Camilo Sesto, Lole y Manuel, Lolita, Tip y Coll, etc. También hizo presentaciones de pregoneros de Semana Santa, incluso lo fue él mismo de la Hermandad de la Santa Cena. Sus colaboraciones en prensa no fueron menos importantes. Dedicado ya en la radio a las secciones por las que los más jóvenes le recordamos, toros y deportes, escribió para el Diario Jaén, Ideal y Mundo Deportivo, entre otros, colaboró con Radio Nacional y fue corresponsal de la Agencia EFE en la provincia. Periodistas de la talla de Matías Prats o Martín Navas, le llamaban a menudo para consultarle acerca de la faena de tal o de cual torero. Su largo currículum ocuparía un espacio del que este artículo no dispone. Decir que en el terreno personal, los que tuvimos el privilegio de conocerle, no podemos hablar más que bondades de Emilio Gijón. Revisando las cientos de fotografías en las que aparece entrevistando a personajes ilustres, me llama la atención una con el universal Ernest Hemingway en la Plaza de Toros de Santa Margarita. En su jubilación a los sesenta años, homenajeado por peñas deportivas y taurinas, con su característico sentido del humor, comentaba a su familia “debo estar muy grave cuando me hacen tantos homenajes y aún estoy vivo”. La enfermedad nos lo arrebató el 17 de agosto de 2005, pero su figura y, sobre todo su voz, permanece intacta para muchos linarenses. Una calle del sector 7 de nuestra ciudad lleva hoy su nombre.

Emilio Gijón